
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, urgió hoy a los magnates del país a que se hagan cargo de sus propias deudas, y no responsabilicen a los inversores extranjeros de sus problemas económicos.
El Kremlin ha prometido endurecer las medidas contra la impunidad fiscal de los hombres más ricos del país, quienes en esta crisis están intentando reestructurar sus enormes empresas, algunas de ellas con deudas de miles de millones de dólares.
"Muchas de nuestras empresas han tomado préstamos de bancos occidentales. Quizás, algunas de ellas lo han hecho de forma incorrecta, sin tener en cuenta las posibles consecuencias, pero esa es la responsabilidad de los propietarios específicos, y los bancos extranjeros no tienen nada que ver con ello", declaró el presidente a la cadena británica BBC.