La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, advirtió el pasado fin de semana al presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, y al líder de la oposición Nawaz Sharif de que la ayuda de Estados Unidos podría verse en peligro si no solucionaban sus discrepancias sobre el sistema judicial, según informaron ayer diplomáticos norteamericanos.
En un movimiento sorpresa, el Gobierno paquistaní anunció ayer que Iftijar Chaudhry será restituido en su cargo como presidente del Tribunal Supremo, cediendo así a las presiones de la oposición y de los abogados que amenzaron con intensificar la marcha que iniciaron la semana pasada y que tenía previsto llegar hoy a Islamabad.
Según los diplomáticos, Clinton telefoneó el sábado a Zardari y a Sharif, este último líder del partido opositor y ex primer ministro que respaldó las propuestas antigubernamentales. Coordinada con el secretario de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, la jefa de la diplomacia estadounidense, presionó a los dos líderes a que solucionasen sus diferencias lo antes posible.