La Comisión Europea acaba de hacer pública este miércoles su doctrina para autorizar a los 27 Estados de la UE a sanear las cuentas de sus bancos y limpiarlas de activos tóxicos.
Una de las fórmulas posibles es que los Estados creen los denominados bancos malos, compren los activos dañados de su banca, y los depositen en los bancos malos. Otra fórmula es que los Estados desempeñen el papel de aseguradores de los riesgos que representan los activos tóxicos, y se compromentan a socorrer al banco si estos activos depreciados nunca vuelven a ser aceptados por el mercado.
En este segundo caso, los bancos que se acojan al seguro del sector público deben pagar una prima. Otra opción es la nacionalización pura y dura.