Siria afirmó que el hallazgo de rastros de uranio por parte de los inspectores de la ONU en un supuesto enclave nuclear secreto no era "significativo" como ellos sostienen, sugiriendo que el análisis de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) fue defectuoso.
Damasco también negó el informe de la ONU sobre que los investigadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés) hallaron grafito en el lugar donde Washington asegura que los sirios casi habían terminado un reactor a base de grafito para producir plutonio altamente enriquecido, antes de que Israel lo bombardeara en el 2007.
El director de la agencia de energía atómica siria, Ibrahim Othman, reiteró que Damasco no permitiría más visitas de investigadores de la AIEA al país, sobre la base de que esto involucraría lugares militares que están fuera del mandato de la agencia nuclear de la ONU.