El Royal Bank of Scotland (RBS) anunciará la semana entrante sus planes para deshacerse, como mínimo, de la quinta parte de sus activos, que incluyen buena parte de las deudas tóxicas acumuladas.
Stephen Hester, nuevo director ejecutivo del banco, rescatado por el Estado, que controla el 68 por ciento, colocará todas las partes que quiere vender en una división independiente, informó hoy la BBC.
La medida está destinada a proteger los negocios que han sido siempre el núcleo central del banco y que siguen dando beneficios, y entrañará la pérdida de empleo para entre un 10 o un 20 por ciento de la plantilla mundial, de unas 215.000 personas.