El grupo Caja Navarra cerró el ejercicio 2008 con un beneficio recurrente de 218,7 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 9,17% respecto a 2007. El beneficio neto consolidado se situó en 161,5 millones de euros (-8,05 por ciento). Unos resultados que se alcanzaron después de destinar 40 millones de euros a provisiones voluntarias.
Sin tener en cuenta el efecto de estas provisiones voluntarias, el beneficio recurrente crecería un 14,4% hasta los 229,2 millones y el beneficio neto consolidado superaría los 200 millones de euros.
Así lo expusieron este mediodía en rueda de prensa el director general de Caja Navarra, Enrique Goñi, y el presidente del Gobierno foral y de la entidad financiera, Miguel Sanz. Según manifestó Sanz, se cierra un "año convulso" y se abre un año "realmente difícil" debido a la coyuntura económica actual, un año, el 2009, en el que se prevé menos facturación y un aumento de la morosidad.