La Policía australiana trata las zonas devastadas por los incendios que llevan días asolando el sur del país como escenas de crimen, en las que los investigadores tratan de localizar alguna prueba que permita confirmar las sospechas de que la mayoría de los focos han sido provocados y, en consecuencia, detener a los culpables.
Los equipos policiales expertos en este tipo de sucesos ya han comenzado sus labores en alrededor de 25 fuegos en el estado de Australia, entre ellos los que amenazan la ciudad de Melbourne, la segunda más grande del país oceánico. Entretanto, el número de víctimas no cesa de crecer y los medios locales elevan ya al menos a 173 los fallecidos, muchos de ellos hallados en sus propias viviendas o vehículos.
Un portavoz policial explicó que "todos los fuegos están siendo tratados como la escena de un crimen". "Creemos que muchos de ellos han sido provocados, pero no podemos confirmarlo", afirmó, dando validez a las declaraciones del primer ministro, Kevin Rudd, quien habla sin tapujos de "asesinatos masivos". En este sentido, las autoridades de Victoria han ordenado su propia investigación.