Skoda, filial del grupo Volkswagen, cerró el pasado año con un beneficio neto de 349 millones de euros, lo que supone multiplicar por más de tres (+217,3%) las ganancias de 110 millones contabilizadas en 2009.
La cifra de negocio de la multinacional checa se elevó a 8.692 millones de euros, un 22,4% más, mientras que sus ventas mundiales ascendieron a 762.600 unidades, lo que representa una progresión del 11,5% y un récord para la compañía.
Skoda, que lleva dos décadas formando parte del grupo Volkswagen, destinó en 2010 un total de 528 millones de euros a inversiones, un 19,2% más. Su posición de liquidez al cierre del pasado ejercicio se situaba en 1.605 millones de euros, con un fuerte aumento del 51,1%.
La firma checa fabricó el pasado año 583.300 vehículos, lo que se traduce en un incremento del 11,6% en comparación con 2009. Pese a todos los parámetros de crecimiento, su plantilla se redujo en más de 200 empleados, hasta 24.714 trabajadores.