El Departamento de Transporte de Estados Unidos ha publicado un estudio realizado por la NASA y por la Agencia para la Seguridad del Tráfico (NHTSA) del que se desprende que los automóviles del grupo Toyota no pueden acelerarse por sí mismos.
Con la publicación de este estudio, el Gobierno estadounidense da por zanjado el caso abierto a principios del pasado año, cuando afloraron numerosas quejas de conductores estadounidenses denunciando haber sufrido accidentes por la aceleración no intencionada de sus vehículos Toyota.
La multinacional nipona llamó a revisión a más de ocho millones de vehículos e incluso aceptó pagar sanciones por un importe de decenas de millones de dólares, si bien la empresa nunca aceptó responsabilidad alguna en la presunta aceleración no intencionada de sus automóviles.