Firmas

Renovables: el único consenso de todos los partidos

  • El plan nacional contempla bajar la dependencia energética hasta el 59%
Foto: Archivo.

Tras las últimas elecciones, los españoles estrenaremos una nueva legislatura. Un nuevo Gobierno que deberá capitanear la Transición Energética. Inversiones de más de 230.000 millones de euros, duplicar el porcentaje de renovables, la creación de más de 250.000 empleos netos en una década... Las cifras son, ciertamente, impactantes y son una oportunidad. Son las cifras de una transición obligada por nuestros compromisos internacionales y la necesidad de reducir la dependencia energética, aprovechando nuestros envidiables recursos renovables.

Una pregunta recurrente es cómo afectan las elecciones al desarrollo del sector renovable. Tras más de treinta años defendiendo las energías limpias en España, hemos visto gobiernos de distinto color político y, afortunadamente, nos encontramos en la actualidad con un consenso claro a favor de las renovables. Todos los grupos políticos nos han transmitido su voluntad de impulsarlas, no solo por un motivo medioambiental, sino por la oportunidad de crear industria, riqueza y empleo para nuestro país.

Durante muchos años, el gran problema de nuestro modelo energético ha sido, sin lugar a dudas, la dependencia energética. Esta dependencia -veinte puntos porcentuales superior a la media europea- ha lastrado nuestra competitividad y nos ha hecho gravemente vulnerables a decisiones externas. El déficit energético producido por la importación de hidrocarburos es de una magnitud superior al 80% de nuestra balanza comercial, una vulnerabilidad que debemos atajar lo antes posible.

Debemos escoger con inteligencia nuestro mix renovable futuro

La competitividad alcanzada por eólica y fotovoltaica, hoy las formas de generación más económicas, han terminado de inclinar la balanza. Pero no podemos olvidar el resto de renovables por su complementariedad. Biomasa agrícola y forestal, intensiva en empleo, ayuda a la limpieza de bosques y aporta respaldo; hidráulica y solar termoeléctrica aportan almacenamiento; y otras deben ser apoyadas para que alcancen la competitividad.

Por ello, debemos escoger con inteligencia nuestro mix renovable futuro, no solo pensando en cuál es la tecnología más económica hoy, sino en el mix que nos asegure la gestionabilidad del sistema eléctrico del futuro, o los usos térmicos y de transporte, que también deben ser satisfechos con renovables. No debemos olvidar que hoy la electricidad es el 25% de nuestra energía, por lo que, para alcanzar en 2030 el 32% aprobado por el Parlamento Europeo o el 42% fijado en el Plan Nacional de Energía y Clima (Pniec), la Transición Energética debe extender su alcance más allá del sistema eléctrico.

La propuesta del Pniec contempla bajar nuestra dependencia energética del 74 actual al 59% en 2030. Para ello, debemos duplicar el porcentaje de renovables en solo una década. Muchos aspectos deben clarificarse: cómo adjudicar la potencia, cómo establecer la retribución, cómo racionalizar los desarrollos... Vamos a encontrar un efecto depresor en el precio de mercado que nos dará apuntamientos tremendos hasta que tengamos una mejor gestión de la demanda y futuros desarrollos de almacenamiento, vehículo eléctrico, etc. Es un objetivo muy ambicioso que solo conseguiremos con planificación, estabilidad regulatoria y consenso.

La estabilidad regulatoria es una necesidad en un sector altamente intensivo en capital

La planificación es fundamental para nuestro sector. Desde la moratoria renovable hasta la reactivación del sector mediante las subastas de 2016 y 2017, toda la política energética ha consistido en políticas de ajustes, necesarios para paliar el déficit acumulado de tarifa producido por acumulación de errores, y mucha improvisación. Esto ha hecho que se destruyan cientos de empresas y se pierdan decenas de miles de puestos de trabajo que necesitamos.

La estabilidad regulatoria es una necesidad en un sector altamente intensivo en capital. De los 236.000 millones de euros que contempla el Pniec, algo más de 100.000 millones corresponden a inversión en renovables. Pedir este volumen de inversión a compañías que aún no tienen definida la rentabilidad razonable para sus proyectos -la retribución que percibirán en el año 2020 por las inversiones del pasado- no parece razonable y trasmite incertidumbre.

Si queremos volver a liderar el panorama renovable internacional, es hora de que este consenso sobre las renovables se ponga negro sobre blanco

Por último, el consenso es un ingrediente fundamental en esta Transición Energética. Los partidos políticos tienen la voluntad de impulsar las renovables, saben que son una vía para disponer de una energía más económica, un medioambiente más limpio y mayor salud para la ciudadanía. Las renovables son una oportunidad para revitalizar la industria nacional y generar empleo de calidad en España. Nuestro país cuenta con recursos renovables fantásticos, empresas experimentadas y profesionales contrastados. Solo necesitamos la seguridad del consenso.

Si queremos volver a liderar el panorama renovable internacional y recuperar un papel que nunca debimos perder, es hora de que este consenso sobre las renovables se ponga negro sobre blanco. Es hora de que los distintos partidos políticos y todas las administraciones -municipales, autonómicas y central- trabajen con un mismo objetivo: impulsar las energías que hacen país y no debemos hacerlo ni rápido ni lento, debemos hacerlo bien.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky