
D efensa es uno de los sectores estratégicos para el desarrollo socio-económico de España y se ha convertido en esencial para el fortalecimiento de la base industrial y tecnológica del país. Las cifras demuestran que el sector de Defensa es uno de los más rentables y productivos ya que por cada euro invertido se generan 2,5 euros de retorno para toda la economía.
En los últimos años, España se ha caracterizado por desarrollar una industria de Defensa capaz, competitiva e innovadora que exporta a lo largo y ancho del planeta. El sector de Defensa presenta un elevado valor añadido con una elevada complejidad industrial y tecnológica que ha permitido que España pase de ser un mero usuario a diseñar, desarrollar y ejecutar sus propios sistemas complejos, de manera autónoma o junto a nuestros socios europeos.
Por segundo año consecutivo, España batió en 2017 su récord histórico de exportaciones de armamento. La facturación del sector de Defensa aumentó un 7,1 por ciento y facturó 5.379 millones de euros (de los que más del 83 por ciento corresponden a exportaciones). España se sitúa así como el séptimo exportador mundial por encima de potencias como Italia o Israel y solo por detrás de Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia, China y Reino Unido. Europa es el principal destino de nuestras exportaciones, situándose Alemania, Reino Unido y Francia a la cabeza.
El sector es, al mismo tiempo, un importante generador de empleo cualificado en nuestro país. El incremento del 2,3 por ciento en 2017 confirma la tendencia de los últimos años y sitúa en 22.800 los profesionales que desarrollan su labor en un sector de elevado componente tecnológico. En esta línea, la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae) destaca la productividad del sector de Defensa y calcula que es 3,4 veces mayor que la media española, superando los 320.000 euros de media por trabajador. El esfuerzo inversor en I+D+i del sector se ha convertido en una de nuestras razones de ser y aumentó hasta el 9,9 por ciento en 2017.
Este excepcional incremento pone de relieve la apuesta por la innovación del sector y la creación de un elevado valor añadido con una gran complejidad industrial y tecnológica que posiciona a España a la vanguardia industrial. En esta línea es fundamental destacar que esta apuesta por el I+D+i propicia que muchas de las actividades que se desarrollan tengan un carácter dual de forma que también puedan ser aplicadas al ámbito civil.
Tecnología propia
Una de las asignaturas pendientes es la dotación de tecnología propia en nuestras Fuerzas Armadas (FAS). España es, tras el Brexit, uno de los cuatro principales países europeos y nuestras unidades militares deben beneficiarse de una tecnología española tan reconocida en todo el mundo.
Debemos equipararnos, en términos referenciales de PIB, a países como Alemania, Francia o Italia con el objetivo de facilitar el desarrollo de I+D+i y las inversiones que permitirían dotar a nuestras unidades de material tecnológico que, en la actualidad, nos lo proporcionan mayoritariamente industrias de países extranjeros.
Es de vital importancia una política de Defensa que disponga de un proyecto a largo plazo y que vaya acompañada de los medios financieros adecuados. Necesitamos un plan industrial preciso, estable y consensuado que facilite la capacidad de crecimiento de un sector que realiza una labor fundamental pero, por desgracia, no siempre conocida. ¿Queremos ser un país puntero en el sector que nos permita mantener así nuestra soberanía en materia de Defensa o estar subordinados a otros estados que nos dicten el camino a seguir? La respuesta no admite titubeos.
Por cada euro que se invierte en el sector se generan 2,5 de retorno para toda la economía
Los retos de nuestra industria pasan por seguir incrementando la investigación, la innovación y la competitividad.
Además, debemos orientar nuestra actividad si queremos acrecentar y consolidar nuestra presencia en el mercado internacional. Necesitamos una industria competitiva y bien posicionada a la hora de participar en los consorcios nacionales e internacionales que garanticen el retorno de las inversiones.
Una industria de Defensa fuerte, ágil e innovadora estará capacitada para salvar vidas humanas en peligro y para mejorar aquellas que se encuentren en situaciones desfavorables. Seguir invirtiendo en I+D+i es el único camino posible para conseguirlo.