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Tecnología Blockchain, más allá de las criptomonedas

Muchas son las noticias y las opiniones que circulan estas últimas semanas sobre la viabilidad y los retos que presentan las llamadas criptomonedas, la tecnología blockchain y la llamada tokenización. Y también diferentes puntos de vista sobre su regulación, especulación o seguridad, entre otros aspectos.

Como una de las empresas pioneras en el uso de la tecnología blockchain, queremos aportar algo de claridad en este tema para contrarrestar la creciente confusión y escepticismo que parece estar generando. Veamos algunos datos y afirmaciones fundadas acerca de una tecnología que indudablemente ya está cambiando el mundo y, más en concreto, está transformando el modo en que opera todo el sector financiero, del cual nosotros formamos parte.

Lo primero es entender la diferencia entre lo que es la innovación tecnológica (en este caso, blockchain) y las aplicaciones y productos que se construyen en base a la misma, así como el uso que se les da a estas aplicaciones, dentro de las cuales se encuentran las llamadas criptomonedas, entre otras. La innovación tecnológica es inequívocamente revolucionaria, mientras que las aplicaciones están en diferentes fases de desarrollo: unas se encuentran en fase de experimentación, otras, en fase de crecimiento, e incluso hay algunas que ya empiezan a mostrar signos de maduración temprana.

Lo segundo que quizás deberíamos de hacer es rebautizar las criptomonedas con un nombre más preciso, que induzca menos a error y las describa mejor como, por ejemplo, criptoactivo o activos criptográficos. Al fin y al cabo, lo que hoy denominamos criptomonedas surge de la naturaleza del activo bitcoin. Sin embargo, a raíz de este proyecto, se han desarrollado muchos otros basados en blockchain con el objetivo de permitir la libre transacción de otros activos digitales que requieren de un sistema que ofrezca garantías sobre la titularidad, uso, integridad y unicidad de los mismos como, por ejemplo, divisas fiduciarias, fotos, canciones, certificados oficiales o títulos sobre la propiedad de terrenos. El futuro se vislumbra tokenizado, y esto conllevará una serie de cambios en los procesos habituales y diarios que llevamos a cabo.

Esto quiere decir que cambiará el modo en el que realizamos intercambios de valor, de una manera más segura y sin intermediarios, aunque la esencia de ellos y el resultado final será el mismo. En este sentido, muchos auguran la llegada de una nueva revolución industrial digital: la criptorrevolución, una revolución que implica la tokenización del dinero, de todo tipo de acciones, contratos y transacciones, y también la de activos privados como casas coches u objetos personales. La criptorrevolución se abordará desde una dimensión tecnológica -a través de nuevos sistemas de transacción y registro seguros, abiertos e inmutables-, pero también económica -se constituirán plataformas globales que funcionarán sin la necesidad de la intermediación de una empresa o gobierno-.

2018 será el año en que el uso del blockchain comience a afianzarse y consolidarse, no sólo en el sector de servicios financieros, sino también en muchos otros, como el turismo, el derecho, el sector inmobiliario, etc. Esto supondrá una serie de cambios de paradigma muy importantes, como la aceleración de la ya progresiva desaparición o digitalización del dinero en efectivo, que ya está ocurriendo en países como Noruega o Suecia; también cambios del rol de los actores tradicionales, como bancos e instituciones financieras, que buscarán adecuar su modelo de negocio y su papel en este nuevo panorama. Y, sin duda, una exigencia regulatoria en las aplicaciones de esta nueva tecnología, en la que tenemos que trabajar duramente todos los implicados en el proceso, codo con codo junto a las instituciones y organismos nacionales e internacionales, para que los marcos legales estén adaptados a esta nueva realidad y preparados para aprovechar todas las ventajas que trae consigo.

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