Firmas

Un paso hacia la paz

  • Donde los esfuerzos políticos y militares fallan, el deporte acerca el entendimiento
Representantes de las dos Coreas, juntos en los JJOO. Foto: Reuters

El pasado 15 de febrero fue un día especial para el deporte olímpico español, y también para diplomáticos coreanos que nos encontramos en España. Ese día, Regino Hernández consiguió para España la primera medalla olímpica en unos Juegos de Invierno en 26 años. Pude verlo de madrugada, en directo, por televisión y sentí tal alegría que corrí a compartirla en Facebook con mis amigos españoles. Poco después, el patinador Javier Fernández, Super Javi, sumaba una medalla más para la delegación española. La actuación y el balance del equipo paralímpico español también fue excelente. Astrid Fina logró la medalla de bronce en snowboard cross, y Jon Santacana y Miguel Galindo ganaron la plata en la Supercombinada. Como Embajador en España del país anfitrión, quiero transmitirles mi profunda alegría y mi más sincera enhorabuena por este éxito.

Pese a no ser un país con especial tradición en deportes de invierno, mi deseo es que estos Juegos supongan un punto de inflexión para el olimpismo español y que consiga muchos éxitos a partir de ahora. Espero que Corea y sus Juegos queden como un buen recuerdo en la memoria de los atletas y el público español, del mismo modo que los coreanos guardamos un grato recuerdo de España y los Juegos de Barcelona 92. De aquellos, recordamos sobre todo la sobresaliente actuación del coreano Hwang Young-jo, al que aún llaman El Héroe de Montjuic tras su triunfo en la prueba de Maratón. Existe una estatua de él cerca del estadio, un lugar de visita obligada para los coreanos que pasan por Barcelona.

En efecto, los coreanos damos un especial valor a los ideales olímpicos y paralímpicos, pues la historia de Corea está llena de ejemplos de esfuerzo, sacrificio y superación. Tras la Guerra de Corea en 1953, nadie pensó que Corea tendría posibilidad alguna de alcanzar el desarrollo económico y social en los siguientes 100 años. Pero los coreanos, superando todas las dificultades y expectativas, demostramos que era posible. Debido a esta especial sensibilidad hacia los valores del olimpismo y del deporte, el pasado mes de diciembre presentamos el Equipo Paralímpico Español para los Juegos de Invierno en la Embajada de Corea en Madrid.

Por otro lado, la celebración PyeongChang 2018 ha supuesto un enorme orgullo para los coreanos. Tras albergar estos Juegos de Invierno, Corea se convierte en el sexto país del mundo con la experiencia de haber sido sede de los cuatro eventos deportivos internacionales más importantes: Los Juegos Olímpicos de Verano 1988 e Invierno 2018, La Copa Mundial de Fútbol de la FIFA 2002 y el Campeonato Mundial de Atletismo 2011. En estos últimos, hemos querido reflejar además nuestra condición de potencia tecnológica de primer nivel. En Pyeongchang hemos visto las primeras aplicaciones de tecnología 5G, hemos podido ver las pruebas desde casa en tecnología 4K HDR, y se han puesto en práctica nuevos sistemas de medición y de seguridad para los deportistas. Además, han sido los primeros juegos olímpicos en gestionarse íntegramente desde la nube, a través, por cierto, de centros situados en Madrid y Barcelona.

Pero si por algo serán recordados estos Juegos de Invierno es por haber sido los Juegos de la Paz. Igual que los Juegos de Verano de Seúl de 1988 contribuyeron al fin de la Guerra Fría entre el bloque oriental y el occidental, los Juegos de PyoengChang han abierto una nueva puerta para las relaciones intercoreanas y para alcanzar la paz en la Península Coreana tras un largo periodo de tensión por las provocaciones nucleares y lanzamientos de misiles balísticos llevados a cabo desde Corea del Norte.

Los eventos deportivos han sido históricamente una herramienta para facilitar las relaciones entre los pueblos y entre las naciones. Allá donde los esfuerzos políticos y militares fracasaban, los principios del deporte abrían una puerta al entendimiento y la reconciliación. Recordemos que los Juegos Olímpicos fueron suspendidos durante 1.500 años, y se reavivaron en 1896 en Atenas por las grandes ansias de paz de la época, y en una región donde los enfrentamientos armados eran frecuentes.

A través de los diálogos intercoreanos durante estos Juegos Olímpicos y el consiguiente encuentro entre Kim Jong-un, líder norcoreano y el enviado especial del presidente Moon Jae-in, de la República de Corea, se ha acordado la celebración de dos cumbres, una intercoreana y otra entre Kim Jong-un y Donald Trump. La República de Corea pondrá todo su esfuerzo para recuperar las relaciones entre las dos Coreas y solucionar el problema nuclear de Corea del Norte. Y esperamos que sea un primer paso hacia la paz y la concordia, en Asia y en todo el mundo.

Como embajador de la República de Corea en España, quisiera expresar a España mi gratitud por su firme respaldo a nuestra posición en relación a la desnuclearización de Corea del Norte y por su comunicado el pasado mes de marzo en el que dio la bienvenida y expresó su apoyo a los esfuerzos de mi gobierno para poner en marcha los procesos de diálogo. El apoyo y la unidad de la comunidad internacional, en la que España juega un papel clave, es fundamental para poder avanzar hacia un futuro más pacífico y más próspero para las generaciones venideras.

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