
El pasado 9 de febrero el presidente del Frob, Jaime Ponce Huerta, detalló y valoró en su intervención, en una Jornada sobre resolución bancaria, las tres cifras claves sobre la crisis bancaria española, esto es: el volumen de recursos públicos comprometidos en forma de ayudas (59.056 millones de euros en total), el importe recuperado hasta la fecha (8.567 millones de euros si incluimos en el cómputo los 1.434 millones de euros percibidos por el Frob por la suscripción de participaciones preferentes y CoCos) y, por simple diferencia, lo que queda por recuperar (50.489 millones de euros).
Como no podía ser de otra forma, se apresuró a añadir que no es todavía posible cuantificar cuál será el coste final de la crisis bancaria ya que desconocemos tres variables clave: los ingresos que generará la desinversión en Bankia (cuyo valor de mercado en estos momentos es de 12.586 millones de euros, de los que el 61% corresponde al Frob), las pérdidas finales que acabarán causando los esquemas de protección de activos y los resultados de la Sareb, que a día de hoy tiene todavía que devolver el grueso (40.925 millones de euros) de la deuda, avalada por el Estado, que emitió en 2012 para financiar su actividad.
A la espera de despejar las incógnitas anteriores, sabemos, eso sí, que el quebranto para el erario público será elevado.
No en vano, se han perdido ya la totalidad de las ayudas concedidas al Banco de Valencia, más del 90% de las otorgadas a Catalunyabanc y Novacaixagalicia, el 60% de las concedidas al Banco Ceiss y el 30% de las prestadas a Cajasur. Como puede verse en el cuadro de la derecha, Banca Cívica, Caja 3 y Liberbank habrían sido de hecho las únicas entidades que hasta la fecha han devuelto la totalidad de las ayudas recibidas, con sus correspondientes intereses.
Aceptando la complejidad de la tarea a la que tuvo que enfrentarse, nos cuesta pues compartir la opinión del presidente del Frob, que en la citada intervención considera que el proceso de reestructuración del sistema financiero español "se llevó adelante con una profesionalidad técnica digna de reconocimiento y en línea con los más avanzados principios internacionales de resolución, de los que España fue entonces vanguardia." La crisis ha reducido también considerablemente el valor patrimonial de bancos y cajas de ahorros.
Centrándonos en estas últimas, las vinculadas a Bankia (¡que han perdido el 100 por cien!), BMN (absorbida ya por Bankia) y Liberbank han sido las que han experimentado un mayor deterioro, y la Caixa, Unicaja y las que formaban el grupo Banca Cívica las que han resistido mejor. Se mire pues como se mire, es evidente que podemos hablar ya de la crisis bancaria más importante de la historia reciente de España, no solo por el elevado coste que acabará causando al erario público, sino porque ha contribuido a reducir considerablemente el valor de la franquicia bancaria.