
Entre las iniciativas que la Comisión tiene previsto anunciar, antes de final de año, dentro de su Plan de Acción en el ámbito del Derecho de sociedades, todo apunta a que el traslado de sede social en la Unión Europea está llamado a ser uno de los temas de mayor impacto en el ámbito empresarial.
Y ello no sólo porque hace ya veinte años desde la presentación y retirada por parte de la Comisión de su propuesta de la llamada Decimocuarta Directiva, o porque, aun cuando pudiera parecer lo contrario, la mayoría de los Estados miembros no dispone de una regulación específica para este tipo de operaciones, sino, sobre todo, porque a causa del Brexit se va a producir un desplazamiento de las empresas residenciadas en el Reino Unido hacia el Continente o hacia Irlanda con el objetivo de mantener su actual estatuto dentro de la Unión Europea.
El traslado de sede social en la Unión Europea supone la migración de una sociedad de un Estado miembro a otro, de manera que, al final del proceso, la sociedad quede sometida al ordenamiento jurídico de este último, con plena conservación de su personalidad jurídica de origen y, sin necesidad, por tanto, de que haya de procederse a su disolución y liquidación y a una posterior nueva constitución.
A partir de este planteamiento es fácil entender que la complejidad de este tipo de operaciones radica fundamentalmente en la concurrencia de dos distintas soberanías y, por ende, de dos distintos ordenamientos, el del Estado miembro de origen y el del Estado miembro de destino, y en la carencia hasta este momento de cualquier normativa armonizadora supranacional.
El principal objetivo, por tanto, de la nueva regulación debe pasar por ofrecer un marco de seguridad y estabilidad para que las empresas puedan valorar adecuadamente la decisión del traslado de su sede y que, al mismo tiempo, permita también reducir los costes de este tipo de operaciones.
Una de las primera cuestiones que se plantea al tratar del traslado de sede social es la de si, a tales efectos, puede bastar una simple transferencia del domicilio registral, de modo que a una sociedad británica, matriculada en la Companies House, le bastaría con inscribirse en el Registro Mercantil de España para que pudiera ser ya considerada como una sociedad española, o si, por el contrario, es preciso que en tal movimiento se incluya también, por ejemplo, el centro de su efectiva administración o su principal establecimiento.
Mas siendo este un tema importante, no lo es menos el de la necesaria atención y protección a todos aquellos derechos o intereses que pueden resultar afectados, de una u otra manera, por el traslado de la sede social: de los socios, en especial de los minoritarios, de los acreedores o de los trabajadores, pero también el propio interés general.
De todas estas cuestiones se va a tratar en el 4º Congreso de los Notarios de Europa, a celebrar en Santiago de Compostela los días 5-7 de octubre, bajo el lema "El Derecho de la Unión Europea al servicio de los ciudadanos", del que es organizador el Consejo de los Notariados de la Unión Europea (CNUE), organismo en el que se agrupan los 22 notariados nacionales que participan de un mismo sistema de seguridad jurídica preventiva y que en el año en curso está presidido por José Manuel García Collantes, notario de Madrid y anterior presidente del Consejo General del Notariado.
El objetivo a la hora de convocar el Congreso y de elegir el traslado de sede social como uno de los temas del mismo, todo ello, por cierto, antes de que la votación en el Reino Unido acerca del Brexit hubiera tenido lugar, fue poder ofrecer, desde el estudio y la reflexión, pero también desde la experiencia del trabajo diario en las oficinas notariales, una serie de propuestas concretas en este ámbito que pudieran ser útiles a las empresas y a las instituciones.
Para su presentación y debate, acudirán a Santiago junto con los notarios de Europa, representantes de la Comisión y miembros del Parlamento Europeo, representantes de las empresas y los trabajadores, así como académicos expertos en la materia. Todo lo cual augura unas jornadas de especial interés.