
Creo que ya nadie duda de la importancia de la innovación como la mejor forma de incrementar la competitividad y asegurar el crecimiento sostenible de las empresas. Pero, al igual que se habla de su importancia, se constata la baja tasa de éxito de las innovaciones. De hecho, diversos estudios realizados por Nielsen constatan que solo el 20% de los proyectos de innovación llevados a término tienen éxito. Y lo que es aún peor, si miramos la tendencia, esos números no han mejorado en el tiempo.
Así que si es tan importante y todos lo reconocemos, ¿por qué la innovación no funciona? Aunque es cierto que puede haber un riesgo inherente en lo nuevo, no creo que ese sea el factor fundamental para explicar el poco éxito de la innovación.
Si vamos más allá, lo destacable no debería ser tan siquiera intentar entender la razón de las bajas tasas de éxito, sino clarificar qué entendemos por innovación. Tendemos a confundir innovación con el simple hecho de lanzar nuevos productos. Una compañía puede crear nuevas categorías, cambiar las que ya tenía, iniciar proyectos o programar distintos lanzamientos, pero puede que ninguna de estas iniciativas sea realmente innovadora. Dicho de un modo más sencillo, tendemos a confundir inventar con innovar.
La innovación más exitosa no empieza en el laboratorio ni dentro de las empresas, sino estando cerca del consumidor o de aquellos a quienes pretendamos servir. La innovación más sobresaliente y que mejor funcionará es aquella que tiene por semilla la búsqueda de soluciones y respuestas a necesidades y problemas no resueltos. Y solo teniendo eso claramente definido, podremos dejar que la creatividad y experiencia de los profesionales de las empresas encuentren soluciones innovadoras. Seguir haciendo crecer esta semilla puede incluso, suponer un cambio total en la actividad de una compañía.
Nosotros tenemos mucho que decir en eso. Siempre hemos sido una empresa innovadora, y hemos querido reafirmar nuestra vocación, aún más, renovando nuestra misión: "revolucionamos la alimentación al servicio del consumidor". Esta misión es un reflejo de lo que para nosotros es la innovación exitosa: poner al consumidor en el centro de todo lo que hacemos y ofrecerle una solución que suponga una revolución para él.
Es importante esta reflexión porque puede llegar un momento en la actividad de una compañía en el que las operaciones se vuelvan insostenibles. Esa situación de crisis, es también una oportunidad: un momento clave para investigar y poder ofrecer una solución innovadora.
En nuestro caso, pasó cuando llevábamos 20 años de actividad y decidimos apostar por la investigación y la innovación para lanzar un producto nuevo al mercado: un sustituto natural de angula elaborado a base de surimi.
Este tipo de innovaciones podrían llamar la atención por ser grandes inventos desarrollados por una compañía, pero aún más importante que esto, es que son un ejemplo perfecto de cómo las mayores innovaciones son aquellas que ofrecen una solución al consumidor, aquellas que suponen un conocimiento previo de sus necesidades y que respondan a una demanda nunca antes cubierta. Aunque suponga reinventar la actividad de tu compañía. Sin miedo, solo sabiendo apostar por algo que tus consumidores requieren y nadie está haciendo.
La forma en la que sabemos que han sido innovaciones y que han sido exitosas es usando la mejor de las métricas: consumidores satisfechos que te premian con liderazgo en el mercado y crecimiento del negocio de una manera sostenible.
Haciendo eso, los ratios de éxito de las innovaciones mejorarán, y lo que es más importante, nos permitirán ir un paso por delante y asegurar una mejor competitividad, así como un mayor crecimiento para nosotros y para el sector.