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La alianza entre las Fintech y los bancos redefine un nuevo ecosistema financiero

  • Las entidades bancarias no perderán clientes y recuperarán su confianza

El acceso a la financiación para las empresas españolas ha descendido como consecuencia de la crisis económica, lo que se ha traducido en la disminución del tejido empresarial, el aumento del paro, y por lo tanto, en la ralentización de la economía. A lo largo de estos años, el sistema financiero tradicional no ha cumplido completamente con su función de canalizar de manera eficiente los ahorros hacia la inversión, por un lado, por problemas de índole financiero, y por otro, por las restricciones establecidas por el Banco Central Europeo (BCE).

Esta realidad se ha visto reflejada en la encuesta sobre acceso a la financiación realizada por la Comisión Europea y el BCE. Aproximadamente, el 35% de las empresas españolas con menos de 250 empleados no recibió o recibió sólo parcialmente la financiación solicitada a los bancos tradicionales en 2015. Un porcentaje superior en 10 puntos a la media de los países de la Unión Europea, que fue de casi el 25%, lo que muestra una mayor falta de flujo de los ahorros hacia la inversión en España.

Uno de los principales obstáculos con los que se encuentran las empresas españolas es la aportación de las garantías solicitadas. Según un informe elaborado por SGR-Cesgar, tres de cada cuatro empresas han tenido problemas para conseguir préstamos en los últimos seis meses. Por otra parte, el 48,7% de las pymes que necesitan financiación señalan que su principal obstáculo ha sido no haber podido aportar las garantías solicitadas.

Ante este panorama, se ha puesto en evidencia la necesidad del desarrollo de medios alternativos de financiación para reactivar la economía. De hecho, el gobierno español aprobó en 2015 la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, una normativa que permite a España formar parte de la evolución del sector financiero a nivel mundial. Solo en 2015, las plataformas de préstamos online supusieron un mercado global de más de 185.000 millones de dólares. En España, la financiación alternativa ha llegado a negociar 103 millones de euros en los últimos 3 años.

Es evidente que el mercado español es aún incipiente y se espera que crezca teniendo en cuenta los beneficios que aporta a ambos actores del mercado, tanto a empresas que necesitan diversificar sus fuentes de financiación como a los inversores que están en busca de alternativas rentables.

Para que se pueda dar este crecimiento, es necesario seguir el ejemplo de mercados mucho más avanzados, como es el de Reino Unido. El gobierno británico ha puesto en marcha el Plan de Referencia Bancaria (bank referral scheme) que obliga a los bancos a trasladar la información financiera de las empresas a las que hayan denegado un préstamo a las plataformas de financiación alternativa para que puedan cubrir sus necesidades financieras. De esta manera, Reino Unido está estimulando el desarrollo de la financiación alternativa con el objetivo de ayudar a más de 100 mil empresas que, según el British Business Bank, no tienen acceso a la financiación por parte de los bancos cada año.

Razón por la cual tienen que renunciar a sus planes de crecimiento futuro, a pesar de que en Reino Unido existen más de 100 proveedores no bancarios de financiación.Con esta iniciativa, todos los actores se ven beneficiados. Por un lado, las empresas pueden optar por otras fuentes de financiación que se ajusten a sus necesidades, es decir, que otorguen préstamos con mayor rapidez, sin garantías bancarias sino evaluando el valor del riesgo intrínseco de las empresas, en caso de inversiones intangibles con el objetivo de apoyar proyectos de desarrollo, o cuando la cantidad total requerida no es concedida por el banco.

Por su parte, las Fintech pueden dar a conocer sus beneficios entre empresas que necesitan de su sistema. Y los bancos, vuelven a ser el centro del nuevo ecosistema financiero en el que contará con socios tecnológicos y recuperando así la confianza perdida de sus clientes, sin mencionar que no perderán clientes, dado que las empresas ya no tendrán necesidad de acudir a sus competidores para conseguir financiación.

Una medida como la que ha puesto en marcha el Reino Unido podría ayudar a reactivar la economía española, y, sobre todo, definiría la relación entre los bancos y las Fintech como una alianza en beneficio de la atención al cliente. En definitiva, el camino ya está trazado y pasa por unas Fintech como alternativa complementaria a la banca.

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