Hace poco un amigo me explicaba su proyecto de crear un negocio online, pero no sabía cómo iba a poder competir con Amazon. Sinceramente, mi primera reacción fue de sorpresa ante tamaña pretensión. Es más, me alegraría mucho que fuese un competidor de Amazon.
En general, los e-commerce de hoy en día no compiten con Amazon, ni con eBay, ni con Zalando, ni con ningún otro marketplace. Los actuales comercios electrónicos, según el tamaño que tengan, compiten con otros comercios electrónicos de su misma envergadura. Esos sí son competidores.
Un marketplace es un centro comercial online. Es un modelo que negocio que, a través de Internet, alquila espacios a diferentes marcas o empresas para que éstas vendan sus productos a través de sus gigantes plataformas en Internet. Como regla general, el marketplace se llevará una comisión por cada venta, además de un alquiler mensual (fee), igual que ocurre en el mundo offline.
Es fácil entender que un marketplace no suele ser competidor de un e-commerce tradicional, sino más bien todo lo contrario: es un aliado. Por poner unas cifras, sólo en España Amazon cuenta con más de siete millones de usuarios que realizan casi un millón de visitas diarias a su página web. Ebay se coloca en segunda posición en España con más de 3,5 millones de usuarios y casi 600.000 visitas diarias. Sin duda, estos marketplaces son sitios con mucho tránsito de personas.
Los usuarios entran a diario en estos centros comerciales virtuales, por lo que es muy recomendable tener presencia en ellos. En otras palabras, si nuestro e-commerce tradicional está presente en ese sitio por el que pasa tanta gente, recibiremos muchas más visitas y, por pura lógica estadística, tendremos muchas más ventas. Al igual que en los centros comerciales físicos, debemos posicionar nuestro producto y llamar la atención del potencial cliente. En este sentido, muchos marketplaces facilitan buscadores que permiten hallar fácilmente los productos que buscamos, sirviéndose de palabras clave que nosotros mismos les suministramos, mientas que otros marketplaces permiten hacer publicidad, consiguiendo así que el usuario nos encuentre con mayor facilidad.
Pero no todo es coser y cantar. No todos los marketplaces funcionan igual y no todos valen para vender los mismos productos, así que debemos seleccionar cual se adapta mejor a nuestro negocio online. Además, los marketplaces más rentables cuidan mucho su buen nombre en el mercado y son muy exigentes a la hora de permitir la entrada a los comercios electrónicos. Tienen políticas muy estrictas y, para asociarse a ellos, es habitual tener que superar algún tipo de auditoría. Por otra parte, en el momento que el e-commerce no cumpla con dichas políticas, puede ser expulsado por el centro comercial.
En definitiva, no es acertado poner en marcha un negocio online y marcarse como objetivo competir con Amazon, sino todo lo contrario: debemos ver a Amazon y al resto de gigantes de Internet del ramo como nuestros socios. Es la estrategia de las alianzas: unirte a los grandes y, cuanto mejores sean en su especialidad, mayor beneficio tendremos.
Un marketplace tiene la virtud de dar a tu e-commerce tradicional una visibilidad que, de otro modo, difícilmente tendrías, y además va a poner todos sus medios para que el usuario te encuentre, puesto que llega donde tú página web no llega.
En conclusión, debemos considerar que Amazon es nuestro socio y no nuestro competidor porque un marketplace es siempre una buena opción para crecer. A partir de ahí, no todo vale: cada empresa debe encontrar a los socios más adecuados y trabajar mano a mano con ellos para alcanzar sus objetivos de negocio.
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