No, no es la final del Mundial de fútbol ni el Día de la Independencia, ni habrá desfiles ni fuegos artificiales. Pero el pasado 15 de julio se celebró el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud de las Naciones Unidas que hace referencia a la solución de un problema mundial: la forma de equipar a los jóvenes con las habilidades necesarias para que encuentren trabajo.
Más de 73 millones de jóvenes de todo el mundo están desempleados. En España, la tasa de desempleo juvenil es superior al 40%, y en la UE está por encima del 20%. Las empresas juegan un papel protagonista y también se encuentran con dificultades: el 40% de los empleadores no encuentran personas cualificadas para posiciones de entrada.
Pero esta discordancia tiene fácil solución: formar a los jóvenes para que puedan tener éxito y un futuro desde su primer día. Después de más de dos años formando a jóvenes a través de Generation Spain, McKinsey Social Initiative (MSI) desvela las claves para que las empresas encuentren y mantengan el talento que necesitan.
Este proyecto ha contado con la colaboración de las empresas para elaborar el programa y su contenido. Esta cooperación ha sido determinante para conseguir una tasa de empleo del 87%. Tras 18 programas, parte de los cuales financiados por Fondo Social Europeo a través de la Escuela de Organización Industrial, y más de 500 participantes en España, MSI sintetiza en 6 puntos sus recomendaciones globales:
Primero, implicar a los empleadores desde el principio para definir el programa y el currículo. Además, integrar formación en habilidades técnicas e interpersonales. En tercer lugar se necesita una Formación eminentemente práctica por capacidades, siendo vital la práctica intensiva y repetitiva de las habilidades principales. Por otro lado, ofrecer apoyo a lo largo de todo el camino con supervisión diaria, feedback semanal, tutorías a largo plazo y apoyándoles durante los primeros meses en el trabajo.
En ese sentido, las entrevistas deben orientarse a habilidades, no al currículo. Trabajamos con los empleadores para asegurar que durante las entrevistas de trabajo se pongan a prueba las habilidades de los estudiantes. Por último, hay que medir el desempeño a través de datos. Al supervisar el progreso de los jóvenes, los programas pueden identificar qué funciona y qué mejorar en los siguientes programas.
En un contexto de continuo cambio a las empresas les resulta más relevante que los candidatos cuenten con habilidades profesionales desarrolladas que con un conocimiento académico específico. Da una mezcla de pena y frustración leer en prensa los datos sobre desempleo y a la vez ver más de 15 vacantes de perfiles digitales sin cubrir por falta de candidatos preparados. Esto puede verse en The Cocktail, consultora de transformación digital, donde la experiencia con graduados formados en habilidades profesionales ha sido más que satisfactoria.
En este contexto vemos que la relevancia de la actitud hace que la búsqueda de candidatos idóneos sea más compleja. Validar las capacidades técnicas es más sencillo y objetivo que las habilidades profesionales. The Cocktail crecería todavía más rápido si encontrara más fácilmente candidatos que reúnan actitud, conocimiento y encaje con nuestros valores de compañía.
Y es que el enfoque que tiene Generation de entender el desempleo como un problema entre oferta y demanda aplica 100% al sector digital. La experiencia con graduados formados en habilidades profesionales ha sido más que satisfactoria, desde el día uno van a comerse el mundo y, aunque sean sus primeros trabajos, tienen una gran madurez y conocimiento de la vida profesional. Así, en 6 meses ya eran empleados indefinidos.