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Buenas noticias para el comercio mundial

  • Los países en desarrollo gozarán de flexibilidades adicionales varios años

No es habitual en los últimos años recibir buenas noticias de los avances de las negociaciones comerciales a nivel multilateral, las que tienen lugar en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Sí que hay avances en la negociación de acuerdos comerciales a nivel bilateral o regional, en que los principales actores del comercio mundial están implicados con diversos socios.

La reciente conclusión de la Asociación Transpacífica (TPP) entre doce países de esa zona del mundo, o el avance de las negociaciones de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) entre la Unión Europea y Estados Unidos, son solo unos ejemplos de esa dinámica.

Estas iniciativas son positivas porque permiten eliminar barreras y abrir nuevas oportunidades para el comercio y las inversiones, motores clave para el crecimiento y la generación de empleo. Pero, si bien son consistentes con el marco multilateral, no son la opción más beneficiosa a nivel global. La liberalización del comercio dentro de un marco multilateral de reglas compartidas y consensuadas, no discriminatorias, transparentes y que contemplen un trato especial para los países más pobres es la que garantiza los mejores resultados para el bienestar mundial.

Pues bien, la Organización Mundial de Comercio celebró su décima Conferencia Ministerial en Nairobi hace días, y sus miembros alcanzaron un importante acuerdo que supone un paso decisivo para mejorar las condiciones en que se desarrolla el comercio mundial. Se trata de la eliminación de las subvenciones a las exportaciones agrícolas que distorsionan los mercados mundiales, lo que beneficiará especialmente a los países exportadores en desarrollo. Y no solo a estos, sino también a los exportadores agrícolas europeos y españoles.

La Unión Europea decidió hace años, con la reforma de la Política Agrícola Común, renunciar al uso de subvenciones a la exportación que aplicaba a los productos en que era excedentaria. Otros países, sin embargo, continúan subvencionando sus exportaciones de manera indirecta, bien a través de su financiación en condiciones más favorables que las de mercado, mediante la exportación subvencionada de excedentes por parte de empresas de propiedad estatal, o mediante el uso inapropiado de la ayuda alimentaria como vía de colocar producciones excedentarias en el mercado mundial. El nuevo acuerdo establecerá disciplinas vinculantes para evitar todas estas prácticas anticompetitivas, que desplazan principalmente las exportaciones agrícolas de los países más pobres y vulnerables. Estas medidas se aplicarán de manera progresiva, de manera que los países desarrollados eliminarán estas prácticas de manera inmediata, y los países en desarrollo disfrutarán de flexibilidades adicionales durante varios años más.

Es una buena noticia, ya que el acuerdo ofrecerá nuevas oportunidades de negocio para todos al crear unas condiciones de competencia equilibradas para los exportadores agrícolas tanto de los países desarrollados, como emergentes y más pobres.

Aparte de otras decisiones en beneficio de los países menos adelantados, como la referida a sus reglas de origen preferenciales o la extensión de la dispensa para que los países desarrollados puedan otorgarles concesiones adicionales en materia de importación de servicios, la Conferencia Ministerial aprobó también la actualización del vigente Acuerdo de Tecnologías de la Información (ITA). Esta decisión permitirá que, tras su aplicación final, se eliminen los aranceles para el comercio de 201 bienes de ese sector, como reproductores multimedia, consolas de juego o dispositivos GPS, entre 53 países que representan el 90 por ciento de su comercio y por valor de más de un billón de euros anuales.

El resultado de la Conferencia Ministerial de Nairobi supone un espaldarazo al papel de la OMC como foro de gestación y alumbramiento de acuerdos que impulsen el sistema de comercio mundial. Una organización que debe seguir velando para que los acuerdos comerciales regionales que proliferan sean complementarios, y no sustitutivos, del sistema de comercio multilateral. Una OMC que mantenga su preeminencia en el establecimiento de las reglas y la gobernanza del comercio mundial. Estos nuevos acuerdos revitalizan su papel y ofrecen una buena base para continuar el esfuerzo y renovar el compromiso de sus miembros para avanzar en las negociaciones pendientes de la Ronda Doha a lo largo del año próximo. Esperemos que esta esperanza se convierta en realidad.

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