
Cuando hablamos de Australia, todo parece más lejano. En las antípodas de lo conocido. Y es que el país del hemisferio sur es para muchos europeos una verdadera incógnita. Sin embargo, el pasado 2 de septiembre saltaba la noticia en los periódicos económicos. ACS se adjudicaba una obra 3.150 millones de euros para diseñar y construir la autopista M5 de Sidney en Australia.
La situación es la siguiente. Las autoridades australianas confiaban uno de los principales proyectos de infraestructuras del país a la empresa española presidida por Florentino Pérez. Y no es la primera. Se trata, por tanto, de una tendencia al alza.
Cada vez más las compañías nacionales han puesto sus miras en Australia, por la necesidad del país de aumentar su capacidad en los puertos, desarrollar más ferrocarriles, diseñar nuevas carreteras y potenciar su capacidad logística. De hecho, hasta el año 2019 se calcula que serán necesarias inversiones en este país por importe de 520.000 millones de euros. Estamos, por tanto, ante una situación muy positiva para las empresas españolas que están exportando su conocimiento y experiencia a un mercado hasta la fecha con poca popularidad. Acciona, OHL, ACS, Ferrovial? todos son ejemplos del liderazgo de la aventura española del sector de la construcción en el exterior.
Y como toda gran aventura, entraña oportunidades, pero también enormes desafíos. La puesta en marcha de este tipo de proyectos en un país como Australia genera una serie de complejidades desde el punto de vista económico, logístico o asegurador, que muchas empresas no conocen. Riesgos que deben analizarse detalladamente y con la ayuda de expertos locales que nos permitan entenderlos y así encontrar la solución aseguradora más adecuada durante la fase de construcción y explotación del proyecto. Se trata de estructurar la solución con los mercados de seguros adecuados y esto implica que la solución final sea una combinación soportada por los mercados de seguros internacionales y locales. No olvidemos que se trata de una relación de confianza y que la misma debe ser construida con los mercados australianos.
Entre los principales riesgos que las empresas españolas se pueden encontrar cuando afrontan un proyecto de infraestructuras en Australia están los desafíos inherentes al diseño, tecnología, construcción y escalabilidad; el tipo de contrato; la asignación de riesgos entre las diferentes partes (socios-subcontratistas-entidades públicas); exposiciones financieras para la obtención de la financiación necesaria; una solución de avales adecuada; potenciales reclamaciones de terceros; la gestión de recursos humanos; y/o el cumplimiento con las normas locales.
Y es que para cualquier gerente de riesgos, lo importante es tener la capacidad de adelantarse a las futuras necesidades que la empresa pueda tener en el país de destino. Para ello, el conocimiento del mercado local es un activo fundamental a valorar cuando tenemos que asegurar los riesgos del proyecto. De esta manera, nos aseguraremos cumplir con el marco legal de un país que ofrece un gran potencial para el tejido empresarial en España. Tenemos el conocimiento, la experiencia y la visión. Y la reputación de las grandes empresas de infraestructuras españolas está, cada vez más, mejor valorada en el mapa geográfico. Y gran parte de esa reputación viene de la mano de una buena ejecución y de un riguroso control de los riesgos, no sólo en la fase de construcción sino también en la de explotación de los proyectos. Ambas necesarias para poder seguir disfrutando de la aventura empresarial que han emprendido muchas de nuestras compañías por el mundo.