
La 'evaluación del desempeño', como saben muchos empleados de multinacionales y también de pymes competitivas, es una herramienta esencial que, además de retroalimentar mutuamente al jefe-evaluador y al subordinado-evaluado, potencia a nivel corporativo la eficacia en la gestión de los recursos humanos de la compañía.
En el ámbito público, los gobernantes deberían pasar por el mismo proceso. Y ya que los autónomos (junto con el resto de ciudadanos) somos sus jefes, y los que pagamos con nuestros impuestos sus generosos e inmerecidos salarios, tendríamos que aplicar, al menos una vez al año, una evaluación del desempeño de los gobernantes.
Aunque lo cierto es que si de verdad un procedimiento evaluador de ese tipo se pusiera en marcha, la numerosa plantilla de políticos que tiene la "empresa España" sería despedida cada año al completo.
La legislatura de los autónomos
Como no será así, toca volver a la realidad, y es probable que la próxima legislatura se pueda conocer como 'la legislatura de los autónomos'. Los trabajadores por cuenta propia adquirirán mayor protagonismo durante los próximos cuatro años. Y no por los esfuerzos del próximo Ejecutivo, salga el que salga tras el 20-D, sino porque con la crisis ha cambiado la mentalidad de los españoles a la fuerza: el alto nivel de desempleo ha convertido el autoempleo y el emprendimiento en la única salida para mucha gente.
De hecho, que ningún autónomo espere en la próxima legislatura grandes cambios que conviertan a esos tres millones de profesionales en las estrellas del mercado laboral, como ocurre en otros países más competitivos. Que ni siquiera esperen la reestructuración de todos los niveles de la Administración, sin duda la reforma que España necesita con mayor urgencia.
Innovación y competitividad
Así, a los trabajadores por cuenta propia no les queda más remedio que gestionar sus negocios y diseñar y comercializar sus productos de la forma más innovadora, diferente y competitiva posible. En base a la intuición de negocio que debe tener cualquier emprendedor, hay que intentar buscar los nichos adecuados que permitan explotar las oportunidades de futuro, sobre todo en este periodo de transición en el que aparecen constantemente nuevos paradigmas y necesidades.
En definitiva, emprender en España seguirá siendo una aventura de alto riesgo durante la próxima legislatura, porque el Estado seguirá parasitando a los autónomos con el objetivo de financiarse.