
CUP será finalmente la clave en la desgobernabilidad de Cataluña, ya que la coalición de Juntos por el Sí les necesita para alcanzar la mayoría absoluta y poder gobernar.
Desgraciadamente, esta unión entre ambas formaciones tendrán un coste gerencial a nivel político y económico muy alto para Cataluña y España, en tanto en cuanto el pacto entre ambos partidos supondría una oda a la antipolítica.
Crisol ideológico
El acuerdo se logrará sin tener definido un plan estratégico de gestión, además de carecer de un programa coherente en el plano ideológico y social para gobernar Cataluña. No es posible gobernar una región si el Gobierno está integrado por un multipartito cuyos gobernantes conforman un crisol de ideologías contrapuestas y diferentes formas de entender la constitución de una sociedad.
Y más se complica si tenemos en cuenta que la propia Juntos por el Sí es ya en sí misma una amalgama de contradicciones políticas, económicas e ideológicas.
No hay que olvidar que Convergencia representa a la burquesía catalana tradicional de centro derecha, o directamente de derechas, y Esquerra a la izquierda republicana catalana de siempre. Por su parte, las otras dos formaciones que integran Juntos por el Sí representan al centro (Demócratas de Cataluña) y a la izquierda (Moviment d'Esquerres a la izquierda).
La CUP es una formación radicalizada, que se podría encuadrar perfectamente en el espectro político de ultraizquierda. Al respecto, recordemos que este partido rechazó unirse a Juntos por el Sí antes de las elecciones, por la existencia de divergencias ideológicas y sociales, pero, sobre todo, para imponer sus exigencias tras la celebración de los comicios, tras los que ya suponían que tendrían la llave para la mayoría.
Odio a España e independencia
En definitiva, se puede llegar a la conclusión de que el único nexo de unión entre las diversas formaciones que integran Juntos por el Sí y CUP es el sentimiento de odio a España y el objetivo de lograr la independencia de Cataluña.
¿Podría repetirse el escenario tras las generales? Como la CUP en Cataluña, Ciudadanos apunta a convertirse en imporescindible para formar Gobierno en España tras las elecciones generales, que se celebrarán presumiblemente en diciembre.
En este caso, ¿con quién pactaría la formación liderada por Albert Rivera? ¿Con el PP o con el PSOE? Al respecto, y considerando la desacertada, contradictoria y corrupta política de acuerdos de Ciudadanos con otras formaciones, es la pregunta que se hace todo el mundo.
La ideología de Ciudadanos
El problema es que esta cuestión no la pueden contestar ni los propios dirigentes de la formación naranja, pues Ciudadanos pactará con la formación que gane las elecciones, o con la que más le convenga según sus intereses corporativos. ¿Es esta la ideología del partido?
Los votantes de centro derecha, profundamente decepcionados por la deficiente gestión del PP, y que crean que votando a Ciudadanos castigarán a Mariano Rajoy y los suyos, pueden acabar votando al PSOE, la formación que ha protagonizado el mayor caso de corrupción de Europa: los ERE de Andalucía.
El objetivo de los catalanes de bien ha consistido en evitar que los partidos independientes ganen las elecciones autonómicas. El objetivo de los españoles de bien debe fundamentarse en impedir que el Frente Popular (PSOE, Podemos y otras formaciones minoritarias de la izquierda radical) gane las elecciones generales.
¿A qué juega Ciudadanos y con quién piensa pactar?