Firmas

Fundaciones: transparencia y sostenibilidad

  • Las fundaciones han tenido que atender las solicitudes de ayuda de las ONG

La transparencia es una cualidad inherente a cualquier institución, independientemente de su naturaleza pública o privada, su tamaño, campo de actividad o personalidad jurídica, y por tanto no es ajena a las fundaciones.

En España, un grupo destacado de fundaciones, y también de asociaciones, dedicadas a la atención de colectivos desfavorecidos y a la cooperación al desarrollo han sido pioneras a la hora de incorporar mejoras relacionadas con la transparencia, el buen gobierno corporativo y las buenas prácticas de gestión. Estos avances les han permitido estar mejor preparadas para atender las actuales demandas de información de la sociedad española, basadas en unos mayores niveles de exigencia.

El esfuerzo en adoptar herramientas de rendición de cuentas como el análisis y la acreditación de la Fundación Lealtad ha sido valorado por los donantes, especialmente por los institucionales. Las administraciones públicas, empresas y fundaciones privadas y empresariales han apoyado de forma significativa a las ONG comprometidas con exigentes estándares de gestión. Desde el año 2003, la Fundación Lealtad ha sido testigo de más de 1.000 acciones de colaboración de las empresas y entidades privadas con las ONG de la Guía Transparencia y las Buenas Prácticas, con una valoración económica que supera los 35 millones de euros. En el último año, las fundaciones representaron el 62% del conjunto de ONG analizadas que recibieron el apoyo de las instituciones colaboradoras. Estas ayudas van mucho más allá de las aportaciones económicas a proyectos, si bien este tipo de colaboraciones tienen un peso importante sobre el total de colaboraciones, ya que solo en 2014 se canalizaron cinco millones de euros a fundaciones analizadas. Junto a las donaciones, destacan las iniciativas de voluntariado corporativo, los servicios probono (asesoría jurídica, en marketing y comunicación, formación, etc.), la difusión de campañas de sensibilización y captación de fondos entre empleados y clientes de las empresas y la contratación de personas en riesgo de exclusión social.

El balance de los últimos años refleja que numerosas fundaciones han sido seleccionadas por las empresas como sus aliados a la hora de canalizar su apoyo a proyectos de atención a personas especialmente afectadas por la crisis económica para cubrir sus necesidades básicas. Asimismo, se ha detectado un aumento del número de iniciativas dirigidas al fomento del empleo de jóvenes, parados de larga duración y otros colectivos. Para decidir los socios más adecuados en estas y otras colaboraciones, los responsables de RSC de las empresas han tenido en cuenta aspectos como el grado de cumplimiento de los Principios de Transparencia y Buenas Prácticas, las vinculaciones de las fundaciones con otras entidades, su afiliación política o religiosa, la coherencia de sus programas con su misión de interés general o los sistemas con los que cuentan para el seguimiento de sus fondos, entre otros indicadores.

En este escenario en el que las ONG han tenido que hacer más con menos, las fundaciones corporativas también han desempeñado un papel fundamental y han puesto en marcha iniciativas novedosas para apoyar a las entidades sociales en su gestión. A modo de ejemplo, la Fundación PwC, además de canalizar el programa de nóminas solidarias y contribuir con una aportación adicional a la suma aportada por los profesionales de la firma, ha organizado sesiones sobre las novedades legislativas aplicables a las ONG como la nueva Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno. Por su parte, la Fundación Fernando Pombo, a través del canal pro bono, ha apoyado a fundaciones interesadas en iniciar el proceso de análisis de transparencia y buenas prácticas en la preparación de la documentación requerida para la evaluación, así como mediante asesoramiento en el cumplimiento de sus obligaciones legales.

Al igual que las empresas, las fundaciones corporativas han tenido que hacer frente al fuerte aumento de las solicitudes de ayuda por parte de las ONG. Para facilitar la gestión de este creciente número de peticiones, han introducido en sus estrategias las convocatorias de ayudas. Además de sistematizar procesos, las convocatorias les han ayudado a focalizar su colaboración y ampliar el abanico de entidades a las que apoyar a través de la difusión de sus iniciativas en medios de comunicación y fomentando la participación de sus empleados en la presentación de proyectos y ONG. Entre las instituciones que han utilizado esta fórmula de colaboración en los últimos años incluyendo en sus bases criterios relacionados con la transparencia de las ONG candidatas se encuentran la Fundación Mutua Madrileña, Fundación A.M.A, Ferrovial, Banco Santander, Bankinter, Jaguar Land Rover y Grupo Cortefiel. En conjunto, en 2014 han aportado a las ONG más de 1,6 millones de euros a través de esta modalidad de colaboración.

La evolución de las colaboraciones en los últimos años nos hace prever que su número seguirá creciendo en el futuro, si bien cada vez serán más los donantes institucionales que apliquen filtros de selección más exigentes que les ayuden a mejorar su proceso de toma de decisiones, rebajar su nivel de incertidumbre y reducir riesgos reputacionales a la hora de elegir el socio con el que colaborar. Aquellas fundaciones que apliquen mecanismos para acreditar su transparencia y buenas prácticas de gestión contarán con un valor diferencial que reforzará la confianza en ellas a la hora de captar nuevos apoyos y asegurar sus sostenibilidad y la de sus proyectos de interés general.

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