Firmas

Kostas Jaritos, la troika y el Minotauro

Decía el irlandés Van Morrison, viejo y sabio cascarrabias en una entrevista, que al ser preguntado por su saber hacer y su compromiso con el jazz y el blues, respondía: "Vengo de una época pasada que ha desaparecido por completo. Había poesía y jazz. Era música que te hacía pensar. Escuchar jazz era un compromiso intelectual". En esta ocasión no voy a dedicar este espacio para hablarles de la buena música de Van the Man.

Supongo que no se habrá notado demasiado que soy un morrisiano recalcitrante. He querido aprovechar esta reflexión llena de nostalgia de toda una etapa en la que predominaban los acuerdos y los compromisos sellados con un simple choque de manos. Hoy todo es diferente, nadie se fía de nadie.

Si echamos la vista atrás llevamos arrastrando una crisis financiera, pero también de valores que posiblemente no se haya vivido nunca desde tiempos ancestrales. Soy de la opinión que hemos superado las consecuencias que pudo derivarse de la ya mítica crisis del 29, estudiada de manera brillante por Milton Friedman y John K. Galbraith, ambos ya fallecidos pero que nos dejaron un legado todavía no superado.

Estamos viviendo ciertamente una sociedad convulsa, con permanente incertidumbre. Sobre todo, Europa está siendo la más castigada por las dificultades financieras que impiden la creación de un proceso firme y consolidado para salir fortalecidos de esta situación, algunos piensan que será perpetuo si antes no se produce una reformulación de las condiciones de crecimiento actuales, alejándonos de una austeridad devastadora.

Las democracias del sur, las más vulnerables

Son las democracias del sur de Europa las más vulnerables. España se encuentra en pleno ejercicio electoral. Se observa en los medios así como en los foros de debate que empieza a cundir el nerviosismo ante los cambios de escenario que se avecinan. Como decía, esta permanente incertidumbre política conlleva una cierta parálisis en las inversiones internacionales, ya se palpa el miedo que podría provocar un ascenso no ya una victoria de las formaciones políticas que han irrumpido en la sociedad española y que provocarán nuevas alianzas y compromisos de gobierno de diferente color y sin mayorías absolutas.

Por otro lado, el mensaje de recuperación que transmite el Gobierno del PP no llega a calar. En cualquier caso, ahora tenemos a nuestro socios de la eurozona muy vigilantes con todo lo que pasa a nuestro alrededor: no le gustaría a la troika que ocurriese algo parecido con Syriza y la democracia griega, que tantos dolores de cabeza viene provocando en las diferentes reuniones que se vienen celebrando en Berlín y Bruselas, sin olvidar las vistas de Yanis Varoufakis al FMI.

En abril, los socios del euro padecemos sobresaltos con los compromisos de pago de deuda del gobierno heleno, tratando de evitar el peor de los sucesos posibles que nos podría ocurrir, una definitiva salida negociada de Grecia como miembro de la eurozona.

Estoy leyendo dos libros escritos por dos grandes personalidades helenas, por un lado Petros Markaris, y su Con el agua al cuello, el primero de la Trilogía de la Crisis, y el imprescindible El Minotauro Global, escrito por el propio Varoufakis. Nos ayudan a comprender mejor la idiosincrasia del pueblo heleno, las graves penurias que está padeciendo un pueblo manipulado por los diferentes Gobiernos que nunca se preocuparon de inculcar una reforma y conciencia fiscal así como el fomento de la empresa privada. Lo único que se consolidó fue la bienvenida de la banca europea y americana, que concedía créditos a diestro y siniestro hasta que también les estalló la burbuja inmobiliaria y financiera.

Así es como narra el comisario Kostas Jaritos la penosa coyuntura que se vive en Atenas en los años de la crisis: "¿Qué ha pasado? ¿La gente ya no vende sus tierras para comprar el último modelo de del Jeep Cherokee, como me dijo? - Ni venden tierras, ni compran Jeeps y Mercedes. No hay dinero, señor comisario".

Ahora las expectativas son complejas. La economía mundial no va a crecer a ritmos similares anteriores a la crisis de 2008, persiste el estancamiento secular; este dato facilitado por el ultimo informe del FMI complica las cosas todavía más. Es muy probable que sigamos ocupando los primeros puestos en el ranking de población desocupada o de tasa de paro, con lo que esto implica en el desánimo de todos los ciudadanos y, sobre todo lo veremos reflejado en los Presupuestos del Estado. De modo que estoy esperando una pronta visita del comisario Jaritos para contarnos cómo van las cosas por Atenas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky