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Cómo aprovechar la oportunidad del mercado chino

  • El creciente poder adquisitivo de los consumidores chinos podría ser la clave

A medida que la economía de China madura, están surgiendo nuevas oportunidades para las industrias manufactureras y de servicios de Europa, pero para sacar el máximo provecho de ellas las empresas deben aprovechar la oportunidad antes que sus competidores internacionales.

Desde una perspectiva europea, durante las últimas tres décadas, China ha sido principalmente una fuente de producción barata y un destino para un lucrativo aunque pequeño sector de bienes de lujo. Pero el éxito económico está cambiando la propuesta de China y nuevos e importantes mercados de consumo se están abriendo paso.

El número de consumidores globales registrados ha crecido exponencialmente en sofisticación en apenas 10 años: hoy quieren carne y restaurantes elegantes para comer; quieren viajar al extranjero, y una educación cosmopolita para hacer la experiencia gratificante en lugar de limitarse a extranjera; y quieren lo último en arquitectura urbana, y aire limpio para que puedan disfrutar de la vista desde lo alto.

El desafío de entrar en China

Pero la comprensión de cómo las empresas extranjeras pueden sacar provecho de ese potencial representa un desafío formidable. Para entrar en el mercado de China, sobre todo con su gusto y dinámica cambiantes, las empresas necesitan una estrategia específica. Están surgiendo dos temas en el crecimiento del consumo. La primera es la demanda bien documentada para bienes aspiracionales -como los vinos finos, los coches rápidos o las vacaciones de lujo en Italia- que muestran la llegada de los nuevos ricos. La segunda es una revolución silenciosa pero potencialmente más profunda, ya que los consumidores chinos buscan mejorar su calidad de vida.

Las fortalezas económicas de Europa se encuentran en el punto focal donde estos temas convergen. Por ejemplo, las repetidas alarmas alimentarias han hecho que los consumidores chinos sean mucho más conscientes de lo que comen, abriendo un nuevo mercado no sólo para la agroindustria europea, sino también para la tecnología agrícola europea.

Pero el ojo de China en la tecnología no se limita a la agricultura. Las empresas chinas optaban por formar joint ventures, pero ahora están comprando empresas europeas por su tecnología de fabricación, siendo particularmente activos en el mercado alemán y al mismo tiempo cada vez más sofisticados.

Pero tal vez la posibilidad más intrigante es que la nueva tendencia de China pueda ofrecer un nuevo mercado para el apurado sector manufacturero europeo. Como los consumidores chinos prefieren bienes más caros y de mayor valor añadido, los costes salariales relativos de los productores europeos se convierten en un factor menos importante, abriendo nuevas oportunidades. Pero estas nuevas oportunidades significan poco, al menos que pueda conectar con ellos. Desde el exterior, irrumpir en el mercado chino puede ser una perspectiva desalentadora, aunque cada vez es más fácil.

El renminbi está en la cúspide de convertirse en la principal divisa del mundo, y las compañías que se planteen un compromiso a largo plazo con el mercado chino tienen que entender tanto su idiosincrasia como su potencial. Los cambios regulatorios han hecho posible que los proveedores internacionales se conecten directamente con los consumidores nacionales chinos en su propia moneda, el renminbi, y remitan a cuentas en el extranjero.

Facilidades para las empresas

También es cada vez más fácil para las empresas establecer una presencia física sobre el terreno en China. En el nivel más básico, las autoridades han agilizado la burocracia: los bancos pueden encargarse de la mayor parte de los trámites que rodea a los pagos de importación/exportación, por ejemplo.

Y la reciente creación de la Zona de Libre Comercio de Shanghái (SFTZ) reducirá aún más las barreras de entrada, por lo que es posible que una nueva clase de empresas se establezca en China. Aunque los detalles exactos todavía se están elaborando, las líneas generales de la nueva administración son claras: regulación más ligera para las empresas ya establecidas y normas más sencillas para el flujo transfronterizo eficiente de los fondos.

El SFTZ ofrece una especie de trampolín para una mayor participación de China. Se encuentra dentro del país, pero sus regulaciones empresariales dan la apariencia de que los centros comerciales globales, como Hong Kong y Singapur, están más cerca de lo que hace la economía envolvente. Para algunas industrias, ni siquiera es necesario tener una presencia en China. En 2013, la parte continental superó a los EEUU convirtiéndose en el mayor mercado online del mundo. China es un mercado ferozmente competitivo, pero las empresas europeas tienen una ventaja: Europa ya es un destino favorito para los turistas y los estudiantes, y la marca Europa está en alta estima en China.

El creciente poder adquisitivo de los consumidores chinos podría ser un cambio de juego para la economía europea, pero le corresponde a las empresas europeas aprovechar las oportunidades emergentes.

Helen Wong, CEO de HSBC en China.

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