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Las pymes sí tienen vida más allá de la banca

Si algo bueno ha tenido la crisis, es que todos los directores financieros, incluso los que tienen que ejercer esa tarea por obligación, como les ocurre a los pequeños empresarios o los autónomos, han aprendido que la dependencia de la banca puede resultar mortal para un negocio.

El proceso de sequía de liquidez que siguió al crash de 2008 ha sido tan potente que, tras él, ya nada volverá a ser igual. Pymes y familias han sido las más damnificadas por esa constricción del crédito. Solo en España, en cinco años, se han cerrado más 250.000 empresas.

Adaptarse para sobrevivir

En un estricto proceso darwiniano, las que han sobrevivido lo han hecho tras una astuta adaptación al medio; reducción de costes y búsqueda de sistemas de financiación alternativa.

En España, el 95% de la financiación empresarial depende de los bancos, frente al 70% de Europa o el escueto 30% de EEUU. El resultado es que las pymes españolas están entre las que más dificultades tienen para acceder a un crédito, según los datos de la Unión Europea. Esto implica que mientras el 80% de las pymes alemanas que solicitan un crédito lo consigue, en el caso de las españolas ese porcentaje se reduce al 40%. Por eso, obtener recursos fuera del canal bancario se ha convertido casi en una obligación.

Desde 2009, en España, han aparecido vías alternativas para captar el dinero que los bancos se han negado a dar. Muy destacadas han sido la creación del Mercado Alternativo Bursátil y más recientemente, en 2012, el Mercado Alternativo de Renta Fija. Ambos han permitido que las pymes con mayor volumen de negocio puedan acceder los mercados financieros. Algo que antes solo se podían permitir las grandes empresas.

Aún así, en este país de micropymes esas alternativas se quedan cortas para las más pequeñas. Así lo resaltaba hace unos días el propio presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán. "Mucho tiene que mejorar el sistema para que la financiación de una pyme en España sea viable fuera del sector bancario".

Lo que no dijo el señor Roldán es que ante la indiferencia por las pymes que ha mostrado el sistema bancario, la solución ha llegado de fuera. El dinero que la banca, con sus nuevos requisitos de solvencia no presta, ya lo están prestando otros.

Financiación alternativa

La financiación alternativa se han impuesto por la vía de la necesidad para las pymes y la oportunidad para los prestamistas. El espacio dejado por los bancos lo están ocupando los grandes fondos de inversión del mundo vía direct lending o capital riesgo para las compañías de mediana capitalización. Para las más pequeñas la solución es el crowdlending. Según un informe del Instituto de Estudios Bursátiles y Axesor, existen 160.000 millones de euros disponibles para financiación fuera de los canales puramente bancarios. Lo hacen directamente, fondos de inversión prestando y entrando en el capital de las empresas e incluso a través de plataformas de préstamos entre personas.

El crowdlending se originó en Gran Bretaña cuando un grupo de ciudadanos, hartos de los abusos de la banca y de que su dinero formarse parte del circuito especulativo, decidieron utilizar Internet como plataforma de acceso para financiar la economía real: ciudadanos y empresas de carne y hueso. Desde entonces, el fenómeno se ha disparado. Sólo en 2013, movió casi 3.700 millones de euros en todo el planeta y según las previsiones del Banco Mundial, se espera que alcance una facturación de 70.000 millones en 2025.

EEUU y Reino Unido son los países que están liderando este nuevo modelo de relación entre demandantes de crédito e inversores. Ayuntamientos como el de Londres ya canalizan sus ayudas a las pymes a través de estas plataformas. En EEUU, la principal plataforma del mundo Lending Club, entre cuyos accionistas están algunos de los principales fondos de inversión del mundo y el propio Google, acaba de salir a bolsa con debut arrollador.

En España, Comunitae inauguró este sector ya en 2009. El año 2014 ha marcado un punto de inflexión tanto en actividad como en conocimiento. Por un lado, el Gobierno ha abordado la necesidad de regularlo y el texto aprobado por el Consejo de Ministros está pendiente de ratificación por el Congreso. Por otro, las empresas se han dado cuenta que esté modelo es el que les permite obtener los fondos que necesitan con más facilidad y rapidez. Una convicción que sin duda seguirá acentuándose en 2015, y permitirá a los empresarios españoles converger con europeos y americanos en el acceso a la financiación no bancaria y, por tanto, a la necesaria diversificación del origen de sus flujos de efectivo.

Arturo Cervera, CEO y fundador de Comunitae.

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