Apple Pay supone una revolución en lo que al uso del teléfono como medio de pago se refiere, no sólo por su usabilidad desde el punto de vista del cliente sino por los cambios que propone en el modelo de negocio, dejando fuera a las operadoras telefónicas, consiguiendo que los bancos le paguen una tasa por transacción y logrando que los esquemas bajen sus tasas de intercambio. En contraposición al sistema planteado por Google, no se recopilará información y las compras permanecerán en el ámbito privado de cada usuario.
Como ya habrán oído y leído, Apple acaba de lanzar su nuevo servicio Apple Pay, con el que pretende revolucionar este sector. No cualquier tarjeta va a poder utilizarse con este sistema, ya que el acceso al elemento seguro del teléfono sólo lo va a poder hacer la propia aplicación de pagos de Apple (Passbook), por lo que únicamente aquellas tarjetas cuyos bancos hayan llegado a un acuerdo antes con la compañía de la manzana mordida serán aceptadas.
Y ahí viene un aspecto, a mi modo de ver, revolucionario: un fabricante de teléfonos ha conseguido que los bancos le paguen un fee del valor de cada transacción, y se rumorea que será del 0,15 por ciento. Para hacernos una idea, según cifras del Banco de España, en 2013 se hicieron en nuestro país compras por valor de 98.534 millones de euros. Si Apple fuese capaz de captar un 4 por ciento de estas transacciones (algo razonable en unos años, con base a su 8 por ciento de cuota de mercado de teléfonos móviles actual), ingresaría en torno a los 6 millones de euros. Pero, ¿podrán llegar a este tipo de acuerdo en España? No tengo una bola de cristal, pero sin duda el escenario es bastante singular por los siguientes motivos. Por un lado, iPhone tiene en Estados Unidos una cuota de mercado sensiblemente mayor a la española, por lo que allí el poder de negociación de los de Cupertino es más fuerte. Para hacernos una idea, en agosto de 2014 el 30,1% de los Smartphones estadounidenses contaba con el sistema operativo de Apple, mientras que en esa misma fecha en España tan sólo era del 7,5%, según Kantar World Panel.
Por otro lado, la actual regulación promovida por el Parlamento Europeo ha provocado que en los últimos años las tasas de intercambio hayan bajado notablemente en esta región. Según las estadísticas publicadas por el Banco de España, en 2004 la tasa media de intercambio entre redes nacionales estaba en el 1,85%, mientras que en el segundo trimestre de 2014 está en el 0,70%, lo cual reduce el margen que los bancos pueden ceder a cualquier otro agente sin que su cuenta de resultados se vea gravemente dañada. Tendremos que esperar para ver cómo el mercado acoge este nuevo sistema de pago que, si bien en Estados Unidos tiene muy buenas perspectivas, habrá de bregar con algunos condicionantes propios del mercado europeo para instalarse aquí con fuerza. En cualquier caso, hay que reconocer la capacidad de Apple para dar golpes de efecto a ciertas industrias. Lo hizo cuando lanzó el iPhone, lo volvió a hacer con su iPad y yo deseo, sinceramente, que lo volvamos a ver con Apple Pay.
Antonio Camacho, consultor del sector Banca de Axis Corporate.