Firmas

Podemos se corta la coleta

  • El partido pretende ocultar su radical izquierdismo para conseguir votantes
  • Han construido una máquina de propaganda que hay que llenar de contenido
Pablo Iglesias, actual secretario general de Podemos.

Cuando han leído más de una vez toda la sarta de delirios que contenía su breve programa o borrador de programa, económico, en Podemos han decidido encargar otro al darse cuenta de que con ese no podían, vamos, que era un quiero y no puedo. Pero lo importante es el quiero, no el puedo, es decir, las verdaderas intenciones y la radical ideología que rezumaban esas propuestas. Poner todo eso por escrito nos da una idea del pelaje político de los interfectos y hacia dónde les gustaría ir.

Ahora parece que pretenden ocultar su radical izquierdismo y vestirlo de corto para ampliar la base social de sus posibles votantes, rompiendo el maleficio del histórico y comprobado techo que el comunismo tiene en España. Ya no dicen que el modelo es Venezuela y tampoco que impagarán la deuda, matizando y descafeinando todo lo que saben perjudica su imagen.

De la misma forma que Pablo Iglesias se quitó el piercing, al programa le van a limar todo lo que huela a chavismo, que era mucho. El centro izquierda en España es el agujero negro que absorbe a todos los partidos y Podemos, que ya cree tener al votante antisistema, al de IU, al radical del PSOE y al desengañado de cualquier otro, gira hacia ese agujero con convicción electoral.

¿Hemos de fiarnos de la rebaja que van a hacer de sus alocadas propuestas cambiándolas por otras más digeribles? ¿Podemos no tiene ideología y quiere pasar, como gran partido que pretende ser, a convertirse en una máquina, como PP y PSOE, de ganar elecciones diciendo lo que la gente quiere oír? Los tiros van por ahí, porque lo importante es tomar el poder y, como dijo el gran cínico Enrique Tierno, los programas electorales están para no cumplirlos.

Si del nazismo nos protegen las leyes, es decir, no puede existir un partido nazi porque está prohibido, del comunismo no hay quien nos proteja tan explícitamente, aunque de forma implícita nuestra pertenencia al euro, a la UE y a la OTAN nos sirva de colchón para evitar que cualquier tipo que haya leído El Capital se ponga en plan dictadura del proletariado a destrozar lo que queda de este maltrecho país. No obstante, pueden hacer grandes estropicios.

Tuvimos nuestro precedente de partido radicalmente izquierdoso que abjuró de sus postulados. El PSOE fue marxista y su programa era tan radical o más que las propuestas que hasta ahora conocíamos de Podemos. Fue tocar poder y nombrar ministro de Economía al más liberal que tenían a mano, quedarse en la OTAN y meter a España en la Europa de los mercaderes, la CEE.

Pero ahora no sabemos si lo que pretenden en Podemos es simplemente tener alguna oportunidad de gobernar para luego hacer lo que les pide el cuerpo o si su proceso de aburguesamiento va a ser tal que acabemos viendo a su líder más repeinado que Francisco Nicolás dándole la mano a su Majestad. Porque en España no hay nada que aburguese más que el poder y cuando alguien empieza a cobrar por apretar el botón que le digan en un parlamento se convierte en un auténtico defensor del pago de la deuda pública que es de dónde sale, entre otras cosas, el sueldo que le pagan y el que a todos estos les van a pagar.

Cobrarán subvenciones por los votos que les den, percibirán sueldos públicos, no sólo becas por trabajos universitarios, y pasarán a formar parte de eso que llaman casta, gozando de los privilegios que disfrutan todos los que pertenecen a la clase política: viajar a costa del erario público, colocar a simpatizantes de asesores y manejar dineros para fomentar sus estructuras de partido, de las que cada vez vivirá más y más gente. Porque van a jugar en un tablero que ya está puesto y con las reglas que tiene, y aunque dicen que las quieren cambiar, me temo que lo más probable es que las reglas les cambien a ellos. De hecho, ya están cambiando porque empiezan a no atreverse a defender lo que defendían porque no les salen las cuentas electorales.

Las agencias de calificación ven riesgo en Podemos y algún diferencial de interés pagamos por las ocurrencias de estos nuevos mesías del pueblo que prometían el paraíso venezolano de las colas en el súper y la falta de papel higiénico y ahora dicen que no es ése, y han metido en el cuarto de estudios a unos cuantos teóricos para afinar unas propuestas que no saben cuáles son, de momento, pero que dicen serán las mejores. Vamos, que han construido una gran máquina de propaganda y ahora la van a llenar de contenido algo más conveniente. Yo, por si acaso, voy a ir comprando papel higiénico por lo que pueda pasar.

Juan Fernando Robles, profesor de finanzas.

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