
Con un altísimo nivel de tensión entre árabes y judíos se produce el anuncio israelí de la construcción de otras 1000 viviendas en la parte oriental de Jerusalén. El proyecto incluye nueva infraestructura en la Cisjordania ocupada.
Los palestinos quieren que Jerusalén este sea la capital de su Estado en Cisjordania y la Franja de Gaza. Israel declara que Jerusalén entera será su capital siempre; sostiene esta afirmación con argumentos históricos, religiosos y de seguridad. La comunidad internacional, incluyendo EEUU, rechaza la anexión unilateral del sector este de la ciudad y considera ilegales todas las colonias judías existentes en Cisjordania.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu ha estado bajo intensa presión de EEUU y otros aliados para no expandir los asentamientos. No escuchará las críticas a su política. Defendió sus planes en el Parlamento afirmando que existe un amplio consenso para continuar con las construcciones, tal como hicieron todos los gobiernos desde que Israel capturó Jerusalén este en la guerra de 1967. Sus declaraciones parecían dirigidas a partidos ultranacionalistas que integran su coalición de gobierno.
El consenso a que se refiere Netanyahu no existe. El Partido Laborista señaló que está destruyendo los intereses diplomáticos de Israel por unos cuantos meses más en el sillón de primer ministro. Un grupo de figuras de la izquierda israelí incluso pidió el lunes a España que reconozca Palestina como Estado.
Continúa así una iniciativa destinada a fomentar una medida del flamante Ejecutivo sueco y la aprobación de la petición del Parlamento británico a su premier en ese sentido. Francia ha insinuado que tendrá que "asumir sus responsabilidades" si las negociaciones siguen fracasando. La decisión de esos pocos estados de la UE, lejos de ser un gesto simbólico, es una actitud valiente que producirá efectos.
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha señalado que de momento la posición del Gobierno en cuanto al reconocimiento del Estado palestino es esperar al resultado de las negociaciones entre las partes.
Sin embargo, España puede desempeñar un papel muy activo para lograr una postura coordinada en el conjunto de la Unión.
El reconocimiento formal por más de 130 países apenas ha tenido repercusiones. Si lo hicieran los países que aún se resisten concentrados en Europa occidental y Norteamérica la situación podría cambiar. Negarlo sobre la base de que el Estado palestino solo se debe crear a través de negociaciones bilaterales otorga un poder de veto a Tel Aviv como poder ocupante.
A diferencia de los asentamientos ilegales, la campaña a favor del reconocimiento no entorpece el proceso. Incorpora la esencial dimensión multilateral a la negociación.
Ni siquiera dentro de su propio partido, el conservador Likud, se acepta sin más la medida de Netanyahu ante el desgaste diplomático que podría suponer el anuncio. Tampoco en el gobierno de coalición donde se desataron duras críticas por parte de los ministros. El titular de Finanzas y dirigente del partido de centro-derecha Yesh Atid, Yair Lapid, señaló que el plan llevará a una importante crisis en las relaciones con EEUU y dañará la posición del país en el mundo. La dirigente del grupo moderado Hatnuá, Tzipi Livni al frente de la cartera de Justicia, calificó de irresponsable la decisión, tanto desde la óptica de política exterior como en el frente de seguridad.
Especialmente grave para Israel es la crisis de las relaciones con EEUU. Los lazos con su principal aliado son vitales. La mala relación entre Netanyahu Obama es de dominio público. EEUU cree que Israel no hizo lo suficiente para que avanzara el ultimo intento de dialogo fomentado por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, fracasado en abril. La Casa Blanca esta muy molesta con las políticas de colonización que considera un impedimento para lograr una solución al conflicto palestino israelí bajo la fórmula de los dos estados.
La Administración Obama negó una audiencia a Moshe Yaloon, ministro de Defensa. Esta forma de ignorar al ministro se debe a sus críticas a Kerry cuyos esfuerzos de buscar un acuerdo de paz calificó de "mesiánicos y obsesivos". Si bien se disculpó, acusó poco después a Washington de mantener una posición débil en las conversaciones nucleares con Irán y otras cuestiones internacionales. Es de esperar que los nuevos asentamientos no provoquen una explosión de violencia. Lo que está claro es que obstaculizan seriamente la reactivación del agónico proceso de paz.
Marcos Suárez Sipmann, analista de relaciones internacionales. @mssipman