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Inversiones y seguridad en América Latina

América Latina continúa siendo una importante receptora de inversiones con un stock en el año 2013 de un 30% del total mundial (UE 27, 49% y EEUU, 11%). Las empresas españolas tienden a invertir en países donde los derechos de propiedad se respetan en mayor medida. Otras inversiones, que se realizan asumiendo grandes riesgos, se explican por una mayor rentabilidad esperada.

De tal manera que, la parte más importante de la inversión exterior española se destina a países industrializados o avanzados, y fuera de ellos se ha especializado en América Latina, pues la región presenta una matriz de riesgos relativamente compensada. Los destinos preferentes son Brasil, México y Chile. Aunque estos países concentran las preferencias, durante los últimos años, se observa un repunte significativo hacia Colombia y Perú, así como a Panamá por el importante desarrollo de sus infraestructuras. Otros destinos que han resultados poco atractivos, están comenzando a ser valorados como potenciales destinos donde invertir, Ecuador y Bolivia.

¿Una década prodigiosa?

Si la última década del siglo XX resultó exitosa para las inversiones españolas en América Latina, la primera década del siglo XXI se puede clasificar como prodigiosa para el crecimiento económico de la región y para el avance social: 70 millones de personas han abandonado la pobreza para insertarse en una dinámica clase media.

A pesar de la crisis internacional y la difícil situación de la economía española en el año 2012, las inversiones representaron cerca del 14% del total recibido por América Latina. Esto demuestra la relevancia que ha adquirido la región para el tejido empresarial español en todas sus dimensiones. Así se confirma tras la reciente adquisición realizada por Gas Natural Unión Fenosa sobre la eléctrica chilena; Compañía General de Electricidad (CGE), una de las mayores eléctricas del país por un importe de 2.600 millones de euros.

Aunque se ha producido una sucesiva disminución de las inversiones españolas a lo largo de la última década, en comparación con la última del siglo XX, tanto en términos absolutos como relativos, es posible que esta caída no se deba únicamente a la existencia de menores oportunidades, sino también a una percepción por parte de la empresa española de mayores riesgos políticos y de propiedad en algunos países. El análisis de los indicadores institucionales demuestra que una parte de los países latinoamericanos, han mostrado durante el período 2000-2012, una mayor inestabilidad política, mayor mutabilidad del marco legal o menor cumplimiento con la ley que en la década anterior.

Sin embargo, también es cierto que muchos países han mejorado su protección de los derechos de propiedad y su marco de inversiones. Por tanto, la empresa española continuará comprometiendo capital en la región, si bien lo hará identificando aquellos entornos que ofrezcan una seguridad jurídica más apropiada para sus inversiones. Un análisis del marco legal, un estudio de la economía del país y del sector, la búsqueda de apoyo de instituciones, tanto en el país de origen como de destino, o contar con garantías contra el riesgo político son algunos de los instrumentos que los inversores pueden emplear para mitigar riesgos según cada país, puesto que las diferencias entre ellos son manifiestas.

Creación de multilatinas

Por otra parte, se ha producido un fenómeno importante en América Latina y el Caribe, como ha sido la creación de las empresas multilatinas, fruto de los altos crecimientos registrados y de su mayor calidad y desarrollo empresarial. De hecho, durante estos años con mayor intensidad y profundidad, estas empresas representan el núcleo productivo que genera mayor riqueza, con indudable repercusión en el crecimiento, modernización y desarrollo de la región. Todo este accionar ha impulsado una tendencia de inversiones hacía España, aprovechando las múltiples oportunidades y ventajas que se ofrecen.

Entre las multilatinas y los grupos de inversores más destacados, se encuentran las mexicanas, que se posicionan como las más activas en sectores como el cementero, bancario, transporte, alimentación y cárnico, mientras que las brasileñas lo hacen en textil, automoción y siderurgia. Chile prefiere el inmobiliario, Colombia ha elegido el sector bancario preferentemente, y Venezuela, ha protagonizado la más importante inversión en banca.

Este proceso inversor en ambas direcciones resulta en sí mismo mutuamente beneficioso y, además, España se posiciona como plataforma preferente de inversiones internacionales latinoamericanas. En este sentido, el Consejo General del Notariado, consciente de la trascendencia que representa este esfuerzo inversor, así como de las consecuencias positivas que su profundización tiene para el fortalecimiento de la Comunidad Iberoamericana, impulsa, junto con la Unión Internacional del Notariado, el fortalecimiento del principio de confianza mutua entre los Estados que la conforman, así como la aproximación de sus legislaciones en el ámbito de la fe pública y de la circulación de los documentos públicos.

Sería muy deseable que esta iniciativa del notariado iberoamericano obtuviese el respaldo político, económico y social. Como primer paso, han sido convocadas en Madrid por el Consejo General del Notariado y con el apoyo de la Secretaría General Iberoamericana, el Ministerio de Economía y Competitividad y Red Eléctrica de España, unas Jornadas, abiertas para la reflexión y el diálogo, tituladas: Seguridad de las inversiones en Iberoamérica.

Ramón Casilda Béjar, profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá.

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