
Varias salidas a bolsa han acaparado la atención de los inversores y los medios de comunicación recientemente. Hace algunos meses, King, la empresa que está detrás del famoso juego Candy Crush Saga, empezó a cotizar en la bolsa de Nueva York, con unas pérdidas iniciales del 16 por ciento en su primer día de cotización. Más recientemente, la empresa china Alibaba, uno de los líderes en comercio electrónico, ha despertado grandes expectativas anunciando su próxima salida a bolsa.
Estas OPV, como antes las de Twitter o Facebook, han tenido una fuerte repercusión en los entornos inversores. En algunos casos, muchos inversores no han podido ni podrán acceder a estos valores, ya que la demanda de títulos supera ampliamente a la oferta. En esta situación, la inversión a través de CFD muestra todo su potencial, con importantes ventajas para los usuarios que desean invertir en las empresas de moda.
Los CFD (contratos por diferencia), un tipo de derivado financiero, son un producto relativamente nuevo, pero de creciente interés para el pequeño inversor. Básicamente, son un acuerdo mediante el cual se intercambia la diferencia del precio de un activo entre el momento de apertura y el momento de cierre de un contrato. Esto permite a los usuarios beneficiarse de las fluctuaciones en el precio de los activos subyacentes, sin necesidad de tener que adquirir su titularidad. En mercados como el de Reino Unido, donde los usuarios han estado accediendo a esta herramienta desde hace varias décadas, las operaciones de CFD han crecido en un 57 por ciento año tras año en los últimos 5 ejercicios. De hecho, el 35 por ciento de la contratación total en la Bolsa de Valores de Londres en estos momentos proviene de los CFD , correspondiendo un 20 por ciento a pequeños inversores.
Salidas como las de Alibaba
Los CFD resultan particularmente interesantes en salidas a bolsa como la de Alibaba. Según los analistas, el precio de las acciones de Alibaba podría doblarse en el momento de su salida a bolsa. La demanda de títulos en todo el mundo va a ser tan alta que es poco probable que los inversores puedan acceder a ellos el primer día de cotización. Gracias a los CFD , los inversores pueden invertir en estos valores tan deseados desde el primer momento y obtener todas las ventajas de su éxito, sin tener que adquirir los títulos en el mercado de forma efectiva.
Obviamente, como todo producto financiero, los CFD comportan ciertas ventajas y también ciertos riesgos. Antes de operar, los usuarios deberán informarse sobre su uso y, sobre todo, elegir un operador de CFD que les proporcione una plataforma sencilla e intuitiva, sin comisiones y con todas las herramientas necesarias para controlar sus inversiones y minimizar las pérdidas. Además, una buena plataforma de CFD permitirá al usuario operar en una plataforma unificada con una amplia variedad de instrumentos de todos los mercados mundiales y especialmente, acceder a mercados exóticos, que tradicionalmente han sido inaccesibles.
Gal Haber, consejero delegado y fundador de Plus500