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El peligro de depender de un banco

  • El BES afectará a los test de estrés y hará más estricta la supervisión del BCE

Estos días hablamos de la caída del Banco Espirito Santo (BES), el tercer banco luso, cuando ya parecía que Portugal había salido adelante gracias al rescate de 78.000 millones de euros del BCE y el FMI. Aunque el rescate del BES está siendo bastante ordenado en comparación con el proceso chipriota y otros rescates anteriores de entidades, está afectando a los accionistas - Crédit Agricole acaba de hacer una provisión por 700 millones de euros por su participación del 15% en el BES- y a la deuda subordinada. También repercutirá en las empresas que se estaban financiando con el banco.

A pesar de que se crea un banco bueno y se capitaliza, su apetito para ofrecer financiación no volverá a ser el mismo. El efecto BES también afectará a los test de estrés y hará si cabe más estricta la supervisión del BCE el próximo año para el resto de los bancos.

El BES trabaja con empresas en Portugal, pero también en España y en otros 23 países. ¿Qué van a hacer las compañías que trabajan con el BES? ¿No estarían más tranquilas si tuvieran diversificadas sus fuentes de financiación?

El acceso a financiación sigue siendo una variable incierta para las compañías. Las empresas españolas no cotizadas todavía son extremadamente dependientes de la financiación bancaria, y ésta se puede ver restringida por los eventos que suceden a nivel geopolítico y macroeconómico. Además, la banca está sometida a la supervisión del BCE y los test de estrés de los bancos europeos y hay que tener en consideración los eventos particulares que afectan a cada banco y su estrategia.

A nivel geopolítico podemos mencionar lo que está ocurriendo en Ucrania, Rusia, Gaza, o recordar los problemas que permanecen en Irak, Siria o Libia, por mencionar algunos focos de tensión política. No olvidemos tampoco la situación de Argentina a nivel financiero.

En el plano macroeconómico tenemos problemas de crecimiento en países como Italia o Francia, políticas monetarias expansivas en Europa y a Estados Unidos anunciando subidas de tipos y alertando de que diversas clases de activos están sobrevalorados. Todos estos acontecimientos afectan a los mercados y también a los balances de los bancos: a su capacidad de financiarse, a sus líneas de negocio, a sus estrategias... y por tanto a su capacidad e incluso su voluntad de prestar.

En definitiva, las empresas no pueden confiar en que los bancos van a poder apoyarles cuando tengan que renovar sus líneas bancarias: problemas intrínsecos, o situaciones complejas geopolíticas y macroeconómicas, pueden hacer que nuestro banco de toda la vida no pueda cubrir todas las necesidades de fondos que tiene nuestra empresa para cumplir sus objetivos y planes, por lo que cuanto antes busquemos alternativas para complementar la financiación bancaria, más estabilidad tendrá nuestra empresa.

Mar Turrado, directora general de Bravo Capital.

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