
El nacionalista hindú, Narendra Modi, gobernará India hasta 2019. Los logros del líder del Bharatiya Janata Party (BJP) alcanzados bajo su gestión en el estado occidental de Gujarat, uno de los más prósperos de India, fueron determinantes.
El PIB de Gujarat creció un promedio de 16,6% anual entre 2001 (año en que Modi llegó a ser gobernador) y 2010. Una cifra muy por encima de la media nacional.
Hombre hecho a sí mismo, Modi se presenta como honesto y buen gestor. No obstante, su figura continúa dividiendo a la población desde las manifestaciones de 2002 en su estado con más de un millar de muertos, en gran parte musulmanes. Muchos le acusan de no haber hecho lo suficiente para detener los disturbios religiosos. Incluso se sospecha de su presunta vinculación con la violencia étnica.
Absuelto por diversas investigaciones judiciales, la masacre le ocasionó problemas a nivel internacional. A principios de año, la entonces embajadora estadounidense en India dio por terminado el boicot al reunirse con Modi, en Gujarat, para discutir las relaciones bilaterales.
Existen ciertamente riesgos relativos al personalismo de Modi que muy pronto podría devenir en autoritarismo. Y el de generar nuevas tensiones entre hindúes y musulmanes. Capítulos sangrientos como el citado generan el temor entre las minorías. El término "minoría musulmana" es engañoso porque nos referimos a 150 millones de personas. La mayoría absoluta del BJP en la Lok Sabha (Cámara Baja) - algo que no se daba desde 1984 - incrementa el miedo. Y entre los 285 legisladores de Modi no hay ningún musulmán, aunque muchos musulmanes lo votaron.
Tras una década en el poder salpicada por gravísimos escándalos de corrupción y la desaceleración económica el Partido del Congreso ha sufrido una dolorosa derrota. El descalabro actual puede significar el final de la dinastía Nehru-Gandhi.
En política exterior, el pragmatismo de Modi tenderá a convertirse en un realismo más agresivo. En cuanto a las problemáticas relaciones con Pakistán, tuvo el gesto de invitar al primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, a su toma de posesión. Reforzará los vínculos con el Japón del nacionalista Shinzo Abe - la relación bilateral que más rápidamente se intensifica en Asia.
Los retos del nuevo Gobierno
Pero sobre todo al principio el nuevo Gobierno estará centrado en asuntos económicos. Los retos son inmensos: urbanización, presión demográfica, miseria, corrupción... En estos comicios ha prevalecido el debate entre la redistribución de la riqueza y el crecimiento. Dos economistas indios -el premio Nobel Amartya Sen y el profesor Jagdish Bhagwati - discuten los méritos de ambas estrategias. Sen favorece un aumento en la redistribución de la riqueza. Bhagwati insiste en que el crecimiento es lo más importante y que si se siguen las recomendaciones de Sen, solo se obtendrá un menor desarrollo humano.
El Partido del Congreso se alineó con Sen, con grandes programas públicos asistenciales. Tomó por sentado el alto crecimiento producto de las grandes reformas económicas que empezaron a inicios de los noventa. Durante buena parte de su gestión, el crecimiento anual se movió en torno al 9 %. Sin embargo, en el último par de años ha caído a la mitad. La inflación lleva seis años alrededor del 10% y la rupia se ha devaluado. El gobierno fue incapaz de implementar reformas necesarias en el mercado laboral, infraestructura, inversión, competencia y productividad industrial y agrícola. En gran medida populismo político y estatismo económico asfixiaron el crecimiento.
En lo económico y en lo político la realidad parece dar la razón a Bhagwati. Los votantes se inclinaron por el mensaje de Modi que enfatiza la importancia del crecimiento para eliminar la pobreza. Si bien dio muestras de intolerancia en 2002 como gobernador de Gujarat desde entonces se ha moderado sobresaliendo logros sociales respecto al alfabetismo, mortalidad infantil, nutrición, etc.
La infraestructura es quizá la mejor del país, y el crecimiento agrícola ha sido el más alto.
Modi cuenta con el decidido apoyo de la juventud, que apuesta por desterrar la corrupción. Unos 100 millones de personas votaron por primera vez. Y cada año India debe incorporar a diez millones de personas más a su fuerza laboral.
Por ahora los mercados creen en el éxito de Modi. Y apuestan claramente en su favor. El debate económico y el éxito democrático -participación récord del 66,38- son datos esperanzadores. Un optimismo expresado en el celebrado eslogan de campaña "modified India".
Marcos Suárez Sipmann, analista de relaciones internacionales @mssipmann.