Firmas

Decepción sobre la previsión complementaria

  • La comisión de expertos de Lagares no profundiza en los planes de jubilación

Las tendencias demográficas a largo plazo en España, como en otros muchos países europeos, convierten el actual sistema de pensiones de reparto en una opción insostenible según las previsiones de crecimiento de la población y expectativa de vida, lo que conlleva a una necesidad imperiosa por parte de todos y cada uno de los ciudadanos a generar una renta adicional a la pensión pública, que complemente la diferencia de ingresos una vez traspasado el fatídico umbral de la situación en activo, para poder sobrevivir a sus recursos financieros, lo cual significa un reto importante no siendo una asignatura fácil.

Debido a la falta de cultura previsora que hay en España, debemos estimular la misma, dotando de ciertos privilegios fiscales a los productos de previsión social complementaria con el fin de motivar la contratación de los mismos y evitar un "problema social" a medio largo plazo.

Una vez analizada la propuesta de la reforma fiscal preparada por la comisión Lagares en relación a los incentivos fiscales para el ahorro destinado a la jubilación, creo conveniente trasladarles mis más profunda decepción sobre la misma. En cuanto a los productos de previsión social complementaria, debemos de diferencia claramente entre seguros de vida ahorro y planes de pensiones o planes de previsión asegurado.

Los seguros de vida ahorro en la actualidad tributan al 21% sobre plusvalías hasta los 6.000, al 25% hasta los 240.000 y al 27% el resto. La principal propuesta en este apartado sería volver al tipo único en la base del ahorro, que sería del 20% por coincidir con el tramo más bajo de la escala que proponen para la parte general del IRPF. Dicha propuesta, a simple vista, parece ser positiva, aunque totalmente insuficiente. Es preciso recordar, que anteriormente soportaban una carga fiscal del 19% y 18% con deducciones fiscales de hasta el 75% de las prestaciones en función de la antigüedad del plan, siendo el gravamen que soportan actualmente meramente transitorio, según lo comunicado en su día por el órgano gubernamental.

En relación a los planes de pensiones y planes de previsión asegurado, la propuesta está basada en las recomendaciones de la Comisión Europea, la cual pretende rebajar el límite de aportaciones con reducción directa en base imponible, minorar la exención fiscal de las prestaciones percibidas en forma de capital al 30% de todas las aportaciones realizadas antes del 1 de enero del 2007 y fijar la obligatoriedad de percibir la prestación del plan en el momento de la jubilación, eliminando la posibilidad de seguir haciendo aportaciones después de la jubilación. Al margen de que dicho tratamiento se extienda a determinadas cuentas bancarias que reúnan los requisitos de falta de liquidez, dicha propuesta pretender asimilar el tratamiento a las cuentas 401k estadounidenses.

Ahora bien, en EEUU el ahorro para la jubilación no es una excepción. Lo que hace el Estado es cubrir solamente los supuestos de necesidad, y el resto corresponde a la iniciativa privada. Históricamente, EEUU posee una fuerte cultura del ahorro privado; la planificación de la jubilación unida a la reducida pensión pública, garantizan un retiro generalmente bastante desahogado. Los jóvenes están acostumbrados a ahorrar para la jubilación desde el mismo momento de su incorporación al mercado laboral.

Es preciso informarles que el sistema 401k es un plan de pensiones promovido por el empleador, donde el trabajador invierte una parte de su retribución. Lo más atractivo de este sistema, a diferencia de un plan de pensiones privado, es que el individuo puede igualar las aportaciones realizadas por la empresa, quedando exentas de tributación hasta la retirada de los derechos consolidados.

Me extraña de manera considerable, que dicha comisión de expertos no hayan incluido parte de la teoría correspondiente a la curva de Laffer. Se basa en la hipótesis de que, cuando la presión fiscal es muy alta, la rebaja de impuestos introduce incentivos en la economía, que se traducen en que la gente trabaja más o se pasa de la economía sumergida a la economía legal, con el consiguiente aumento de la inversión, el empleo y el consumo. El Estado además recaudará más, al mismo tiempo que aumenta la renta disponible de los ciudadanos y por lo tanto se generar un mayor capacidad de ahorro que unido a unas mayores ventajas fiscales en los productos de previsión social complementaria provocaría tener una cultura superior a la hora de hacer una correcta planificación a la jubilación.

Por lo citado anteriormente, entenderá mi decepción en relación a la propuesta de la reforma fiscal de los productos destinados a complementar la jubilación, ya que insisto es uno de los mayores retos en España, en estos momentos, teniendo en cuenta que la evolución de la esperanza de vida, financieramente hablando, provoca consecuencias económicas desfavorables y en algún caso totalmente irreversibles.

Julio Fernández García, profesor de Fundación de Estudios Financieros.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky