
Hoy en día, ninguna gran historia financiera está completa sin un hábil acrónimo. Desde el auge de los BRICS hasta los PIGS de la Europa periférica, pasando por los MINT que supuestamente representan a la próxima ola de estrellas (México, Indonesia, Nigeria y Turquía, por si se lo está preguntando), son un atajo rápido para comprender un tema complejo.
En el momento justo, el bajón de los mercados emergentes que ha comenzado este año nos ha dado, por gentileza de los analistas de Morgan Stanley, a los "cinco frágiles". Son Indonesia, Sudáfrica, Brasil, Turquía y la India, y se les ha elegido porque sus grandes déficit de cuenta corriente les hacen altamente vulnerables a una fuga repentina de capital extranjero.
Aseguran que si hay otra gran tormenta a punto de estallar en la economía global, vendrá de ahí. Pero no es así. De hecho, los cinco frágiles de verdad son economías desarrolladas. Es cierto que algunos mercados emergentes han absorbido mucho capital y presentan déficit comerciales importantes en consecuencia, pero eso no tiene nada de malo en sí. Lo mismo les pasa a muchas economías en desarrollo.
El riesgo está en el mundo desarrollado
La próxima crisis saldrá, como la anterior, de una economía desarrollada. Es mucho más probable que surja en Francia, Alemania, Gran Bretaña, Australia o Canadá. Esos países son los cinco frágiles de verdad y a muy pocos inversores les preocupa. Para ser justos, los cinco mercados emergentes señalados por sus probabilidades de sucumbir al tambaleo de los mercados de capital global tienen su lógica. Cualquier economía que dependa del capital extranjero para financiarse es vulnerable a los cambios repentinos de humor.
Si ese dinero va derecho a casa, puede sumergirse en una crisis rápidamente. Las monedas vacilan y los tipos de interés tienen que subir deprisa (como ha descubierto Turquía). Aun así, no hay nada malo en que los países en desarrollo atraigan capital extranjero. Si lo invierten en carreteras nuevas, aeropuertos y fábricas, será de utilidad. A los países en rápido crecimiento les cuesta financiarse internamente, igual que a las empresas. En realidad, los verdaderos riesgos están en el mundo desarrollado. Con unas deudas inasequibles, crecimiento lento, economías desequilibradas, sistemas bancarios inflados y a menudo grandes déficit comerciales, ahí es donde estará el problema. Éstos son los cinco frágiles verdaderos que deberían preocupar a los inversores.
Francia
En primer lugar habría que destacar Francia donde la única medida económica en la que destaca últimamente es la velocidad con la que amasa nuevas deudas. Este año, el gobierno ha admitido que la deuda pasará del 95% del PIB, acercándose al nivel del 100% en el que empieza a irse de las manos. El país está al borde de otra recesión, incluso cuando en el resto de la zona euro su recuperación es modesta.
El paro castiga y se situaba al 11,1% de la mano de obra en diciembre. El déficit comercial ya alcanza el 2,19% del PIB y sigue subiendo, algo preocupante para una economía manufacturera y exportadora histórica. En realidad, la economía francesa lleva una generación viviendo de glorias pasadas y ahora está a una crisis del derrumbe.
Reino Unido
Por otro lado están los problemas de Reino Unido. Gran Bretaña se recupera a uno de los ritmos más rápidos del mundo desarrollado y el paro baja bruscamente pero que nadie se equivoque porque los británicos han recreado muy astutamente una versión mini del boom de 2005-2008. El ascenso de la deuda y la subida del precio de la vivienda están resucitando la economía, con una deuda masiva y tipos bajos de interés echando leña al fuego. Sigue estando igual de desequilibrada que antes y con un sector bancario más inflado que nunca. El déficit comercial se acerca al 4% del PIB, por encima de la "frágil" Indonesia y no muy por debajo de la India. Si hay una economía vulnerable a una fuga de la divisa, es ésta.
Alemania
También resultan preocupantes los problemas de Alemania. El hombre fuerte de Europa sólo lo parece cuando se le coloca junto a los eslabones débiles. La producción industrial descendió un 0,6% el mes pasado. Las ventas minoristas bajaron un 2,5% en diciembre y subieron apenas un imperceptible 0,1% durante 2013. En general, se espera que la economía sólo se haya expandido un 0,25% en el último trimestre.
Al que haya conseguido vender a los mercados la idea de que Alemania es un caso de éxito deberían contratarle para promocionar los juegos de Sochi como una celebración de los derechos humanos. Con una población envejecida, costes energéticos disparados y mercados sobre-regulados, la economía alemana es un accidente a punto de ocurrir y su mercado de bonos inmenso y carísimo se va a llevar un buen golpe.
Australia
Destaca también el caso de Australia que en la última década se ha convertido en una mina para las fábricas chinas pero, a pesar de tanta exportación fácil, todavía se las arregla para presentar un déficit comercial enorme (de más del 3,5% del PIB), aunque se haya estrechado en los últimos meses. Es un signo inequívoco de que los australianos han vivido por encima de sus posibilidades. La moneda se ha llevado un buen golpe y ha caído un 13% frente al dólar el año pasado. Tarde o temprano, la economía china se reequilibrará más hacia los servicios y los productos de gama alta, y necesitará menos materias primas australianas. Cuando suceda, la economía tendrá problemas.
Canadá
Por último cabe destacar Canadá. Lo único bueno que se pueda decir de este país en estos momentos es que se las ha arreglado para deshacerse de su banquero central (Mark Carney) y lo ha mandado a Gran Bretaña, donde está muy ocupado inflando una nueva burbuja inmobiliaria. Haber recortado los tipos de interés cuando el país apenas había sufrido la crisis financiera parece ahora un error, al generar un boom inmobiliario sin necesidad.
Ahora que la economía se ha ralentizado, se relajará inevitablemente y todos sabemos lo que vendrá después. Nadie sabe exactamente dónde surgirá la próxima crisis, pero suponer que vaya a empezar en el mundo en desarrollo, con pocas deudas y rápido crecimiento, es muy del siglo XX. En esta década, los problemas vendrán del mundo desarrollado, como lo hicieron en 2008, y esas cinco economías son puntos críticos.
Matthew Lynn, Director Ejecutivo de la consultora
londinense Strategy Economics.