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Formación financiera después de la crisis

  • Es necesario educar a la población para que tome sus propias decisiones

La función principal de los mercados es poner en contacto oferentes y demandantes. En economía se entiende que un mercado es perfecto cuando hay suficiente oferta y demanda, hay perfecta movilidad, no hay costes de transacción y cuando hay transparencia en el conocimiento y libre acceso a la información. Y aunque las nuevas tecnologías nos brindan la oportunidad de un amplio acceso a la información, no debe olvidarse que es importante saber leerla y entenderla adecuadamente.

Pero mientras la tecnología avanza a una velocidad imparable y los mercados financieros se redimensionan en aras de la innovación y la necesidad de crear dinero, los pequeños y medianos ahorradores han visto transformar su dinero en nada. La extrema complejidad de los mercados unido a una ausencia de formación en el ámbito financiero junto a un exceso de confianza, ha acabado con los ahorros de muchos trabajadores.

En los últimos años, la banca y las cajas de ahorro vendieron importantes volúmenes de participaciones preferentes, deuda subordinada, productos estructurados, swaps, hipotecas multidivisas y otros productos de alto riesgo a personas que basaron su confianza en el sistema bancario tradicional.

La característica principal de las participaciones preferentes y la deuda subordinada es su alto riesgo, ya sea porque pueden dejar de pagar sus cupones o bien porque cotizan en un mercado poco líquido, donde los precios no son competitivos y deshacerse de las posiciones siempre supone un menor rendimiento.

Los swaps han ido unidos normalmente a hipotecas o préstamos y se contrataron pensado que era un seguro de tipo de interés. Sin embargo, lo que se estaba contratando era un producto de alto riesgo donde se especulaba sobre la variable el tipo de interés. Los swaps se empezaron a contratar en 2004 y su contratación se incrementó masivamente a lo largo de los últimos años. No obstante, durante los años 2007 y 2008 la curva de tipos de interés que publica el Banco Central Europeo indicaba bajadas en los tipos de interés en el corto y medio plazo. Ante esta información, es difícil entender los motivos por los cuales un individuo contratase un seguro sobre subidas de tipos de interés en estos periodos.

Paralelamente, las hipotecas multidivisas (HMD) se ofrecieron como alternativa a las hipotecas en euros. Al contratarse con una divisa distinta al euro, se reducía la cuota mensual en el momento de cálculo y contratación del préstamo. No obstante, los contratantes de la HMD nunca se inquietaron por la evolución de los mercados de divisas ni por las políticas macroeconómicas que llevan a cabo los Bancos Centrales de las divisas afectadas, hasta que la cantidad de dinero que debían depositar para hacer frente a sus deudas se incrementó considerablemente. Pero su abandono en el desconocimiento no fue provocado por una falta de interés, sino por la ignorancia generada en el producto que contrataban.

Aprovecharse del desconocimiento

Y si bien la banca española ha sido institucionalmente intervenida y públicamente rescatada, se ha dejado en manos de la justicia y los árbitros el conflicto de relaciones entre banqueros y ahorradores. El resultado es que en la mayoría de sentencias se dictamina nulidad de contrato por "vicio del consentimiento". En derecho se define "vicio del consentimiento" como la ausencia de voluntad o consentimiento libre y puede implicar anular un contrato dado que el consentimiento ha sido prestado por error. De modo que la justicia pone de relieve la ausencia de conocimiento y libre información en el momento de consentir el contrato.

Y es que en todas las crisis siempre se aprende. Pero esta vez se debería aprender en formación y reflexionar sobre los cambios necesarios a introducir en el sistema bancario y educativo. Siguiendo la línea de las recomendaciones de la CNMV, sería conveniente contar con una regulación y una formación profesionalizadora de todas aquellas personas vinculadas a los servicios financieros con el fin de desarrollar competencias y capacidades específicas para detectar las necesidades de los clientes y la adecuación del producto a su perfil.

Asimismo, es necesario educar a la población sobre conceptos financieros básicos que les permita generar dudas y preguntas acerca de aquello que se les ofrece. El fin es no delegar decisiones en aquellas personas que presuponemos de confianza, sino ser capaces de tomar nuestras propias decisiones financieras y saber las implicaciones y obligaciones financieras que conlleva.

Elisabet Ruiz Dotras, Directora Master en Instrumentos y Mercados Financieros de la UOC y profesora de Finanzas y Mercados Financieros de la UOC.

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