
Crece la tensión en Ucrania, con manifestaciones y bloqueos. Dos grupos irreconciliables, partidarios de la influencia rusa y proeuropeos, frente a frente. Moscú y Bruselas complican sus relaciones, a pesar de que son dos socios obligados a entenderse, principalmente por los lazos energéticos. Es el petróleo y el gas, estúpidos.
Pero son mayores las reticencias al expansionismo de Putin, que cabalga sin obstáculos, ante una debilitada Unión Europea, hacia un imperialismo que lleve a Rusia a un papel preponderante.
En la UE, lejos de tender puentes, cada vez se ponen mayores problemas para la integración. En la última semana, dos debates cayeron como un mazazo. Primero, la insistencia de algunos países ricos para frenar la libre movilidad de los ciudadanos comunitarios, lo que ha provocado un choque entre Reino Unido con los europeos más pobres (rumanos y búlgaros) y ya se habla de cupos a la entrada, con la firme oposición de países como Polonia, República Checa, Hungría y Eslovaquia, que recuerdan que la media de la población emigrada es más joven y, por tanto, más activa laboralmente. Y han alertado de que cuestionar el principio de la libre movilidad, piedra esencial del proyecto europeo, va contra el mercado único. Después, era Holanda la que pretendía retrasar la llegada a su mercado de trabajo y mantendrá esta posición en la reunión de la cumbre, mientras sobrevuelan los rebrotes de la palabra maldita: racismo.
Todo ello no colabora a mejorar la imagen de la UE en esos países que tantas dificultades encuentran para lograr un lugar al sol del estado del bienestar europeo. Un periodista me comentaba en Sofía: "Hace años todos pensábamos que la libertad era imprescindible, salir a las calles y cantar, dejar atrás el miedo y beber Coca-Cola. Ahora, son muchos los que se preguntan si ha merecido la pena, cuando escasea el trabajo, falta comida y llega otro invierno con los precios energéticos por las nubes. Por ello no es extraño, ante una UE sin ambición, que vuelvan de nuevo la vista hacia Rusia".
José Luis Fraile, jefe de redacción de elEconomista.