Conseguir un suministro de energía fiable y asequible ha sido, desde siempre, un requisito fundamental para el desarrollo de la sociedad. El desarrollo experimentado desde hace un siglo ha hecho que el éxito económico y la competitividad de un país vayan, más que nunca, ligados a la disponibilidad de sistemas energéticos competitivos, especialmente en lo que a la electricidad se refiere.
Para asegurar la disponibilidad de la electricidad y hacerla sostenible y económicamente eficiente, hay muchas preguntas por resolver. Las respuestas se pueden buscar globalmente estudiando los éxitos y fracasos que nos rodean y aplicándoles a nuestro entorno más próximo.
Siemens, con ocasión del XXII Congreso Mundial de la Energía celebrado este mes de octubre en Daegu, Corea del Sur, y siguiendo el lema del evento, ?Asegurando hoy la energía de mañana?, organizó un roadshow alrededor del mundo con expertos, industriales y autoridades para conocer y debatir las necesidades y soluciones de cada área del planeta y, así, tener una visión amplia de las alternativas existentes y en desarrollo en sociedades diferentes pero todas necesitadas de electricidad. El objetivo no era buscar pequeñas áreas de mejora, sino obtener una perspectiva global de la situación para sentar unas bases claras de cara al futuro para proponer alternativas rompedoras.
Para la UE, tomando en cuenta los objetivos de la agenda 20-20-20 y el objetivo clave de fortalecer la competitividad de nuestras economías, sobresalieron dos escenarios: el primero, optimizar la ubicación de las plantas de generación renovables y, el segundo, sustituir las plantas de carbón por plantas de ciclo combinado.
En el primer escenario se plantea ubicar las plantas renovables donde mejor factor de carga pueden tener. En el caso de las plantas fotovoltaicas o termosolares sería en el sur de Europa. En el caso de parques eólicos en zonas de viento estable y potente que se encuentran mayoritariamente, aunque no exclusivamente, en el norte de Europa. En ese supuesto, para poder equilibrar la demanda con la oferta, se tendría que potenciar la red de interconexión de alta capacidad tipo 800 kV DC a nivel europeo.
Ese escenario permitiría un ahorro estimado de 55 gigavatios de futura potencia instalada vía el incremento del factor de utilización. Eso supondría dejar de invertir, entre hoy y el año 2030, 60.000 millones de euros en instalaciones sin poner en riesgo la seguridad de suministro. Ayudaría a la UE a conseguir ambos objetivos: competitividad y medioambiente. Una condición sine qua non de éxito sería una política energética europea para alinear las múltiples políticas nacionales de apoyo a las energías renovables hacia un objetivo común e idealmente sin.
En el segundo escenario se plantea sustituir las plantas de carbón por plantas de gas. En caso de sustituir todas las plantas de carbón por ciclos combinados al horizonte 2030, se conseguiría ahorrar la emisión de 365 millones de toneladas de CO2. Esa cifra es superior a las emisiones anuales del sector eléctrico del año pasado en Alemania. También, esa cifra supondría más de un 40 por ciento del objetivo de reducción de emisiones de la UE. Aquí una condición del éxito sería un mercado efectivo de negociación de los derechos de CO2.
Los dos escenarios combinados podrían tener un efecto positivo en todos los actores tal como: una optimización de las inversiones, una limitación de la subida del precio de la electricidad y una reducción consecuente de los niveles de CO2.
En esta radiografía, y debido a su clima y situación geográfica, España ocuparía, siempre y cuando se refuercen las capacidades de interconexión nacionales e internacionales, una posición privilegiada, ya que es un auténtico paraíso para la implantación de energías verdes y tiene fuentes de gas cercanas que podrían ser competitivas.
En este sentido, se tendría que reforzar la capacidad de interconexión tanto nacional como internacional. Constituye un ejemplo claro de cómo un buen desarrollo de la política europea debería tener en cuenta la realidad de los distintos países y aprovechar al máximo sus fortalezas para conseguir los objetivos energéticos de la UE.
Son escenarios -hay otros que no tenemos espacio para comentar hoy- que pueden provocar polémicas. Bienvenidas sean mientras nos permitan encontrar entre todos los actores del sector un camino hacia los objetivos que nos marcamos al principio: Agenda 20-20-20 y competitividad de nuestras economías.
Olivier Becle, Director Ejecutivo de Siemens Energy en España