Firmas

El FMI y la economía española

Las notas preliminares con las conclusiones de la misión del Fondo Monetario Internacional incluyen algunas ideas importantes que están estrechamente ligadas con el segmento de activos distressed. Este segmento, generalmente estigmatizado, incluso en la denominación de algunos de sus agentes, viene a ser una parte relevante del proceso de desapalancamiento de la economía española en todos sus sectores.

Específicamente, el FMI destaca que para el desapalancamiento de las empresas, deberían facilitarse mecanismos para una reestructuración temprana de la deuda de las compañías viables, compatible con una rápida liquidación de las compañías no viables. En el caso de las compañías viables, esto requiere un marco adecuado que proteja las reestructuraciones de deuda -lo que en términos anglosajones se denominan workouts-. Muchos de los fondos que operan en el mercado de activos distressed juegan con la ventaja de la experiencia, la agilidad y la flexibilidad a la hora de reestructurar deudas compradas a descuento, frente a los bancos que tienen un marco más rígido y un riesgo de contagio sobre toda su cartera que, en cierto modo, atenaza la posibilidad de tomar decisiones. El comportamiento de bancos españoles e inversores extranjeros en la reestructuración de deuda de grandes compañías es una muestra palpable de esta diferente mentalidad.

En el caso de los hogares, igualmente, el FMI plantea la necesidad de replantear el modelo de gestión de las deudas. Sin mencionar expresamente los esquemas de "segunda oportunidad" existentes en países de nuestro entorno, plantea que es necesario incorporar reformas para gestionar la insolvencia de las familias que, fundamentalmente, incorporen condiciones exigentes, pero que mantengan incentivos al pago y reafirmen la cultura de compromiso para hacer frente a las deudas contraídas. Entre líneas uno podría leer que cuando las exigencias son imposibles de cumplir, los incentivos al pago desaparecen, igual que cuando se establecen regímenes excesivamente protectores para los deudores que, en cierto modo, "premian" el incumplimiento.

Finalmente, en el caso de los bancos, el FMI es más tajante, indica literalmente que las pérdidas han de ser reconocidas rápidamente y los activos dañados han de ser vendidos para evitar que bloqueen recursos que podrían ser usados de forma más productiva.

La venta de carteras de activos dañados de los bancos y la incorporación de nuevos esquemas de recuperación de las mismas por agentes que tienen la experiencia en hacerlo en otros mercados puede ayudar al proceso de desapalancamiento. Cuando el mensaje viene de un agente en el mercado, podría generar sospechas de un conflicto de intereses. Cuando proviene del FMI, parece que no puede aducirse ese conflicto y que la conclusión, aparte del principio de autoridad, ha de tenerse en consideración.

José Néstola, CEO y fundador de Copernicus Servicing.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky