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EEUU-UE, la unión hace la fuerza

Imagen de Getty.

Es innegable que la economía española está en crisis y la demanda interna, estancada. Tampoco hace falta ser un visionario para reparar que en épocas de crisis la búsqueda de nuevos mercados ya no es una oportunidad que aprovechar, sino que se convierte en una necesidad. El anuncio a comienzos de año del Presidente estadounidense, Barack Obama, del inicio de las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio Transatlántico y Alianza de Inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea ha abierto la puerta a un universo de posibilidades de negocio para las empresas de ambas orillas del Atlántico. Este ambicioso tratado producirá incalculables beneficios. Según anticipó el Comisario de Comercio de la UE, Karel De Gucht, generará un incremento del PIB europeo de entre el 0,5 y el 1%, además de la creación de cientos de miles de puestos de trabajo.

Ambos gigantes tienen ya la que se considera la relación económica más integrada del mundo. Cuentan con un comercio de bienes y servicios cercano al billón de dólares al año y con inversiones que superan los dos billones de dólares. En conjunto abarcan más de la mitad del PIB mundial. Pero más allá de estos impresionantes números, ¿por qué las empresas europeas, y por extensión las españolas, deben buscar el éxito en la primera economía del mundo?

Estados Unidos es un mercado con unos 300 millones de clientes potenciales, sin aduanas internas, con una moneda única estable y transparencia legislativa. Además, es una economía abierta y, en términos generales, desregularizada.

Ventaja de las empresas españolas

Las empresas españolas tienen una gran ventaja competitiva de partida. La inversión empresarial española en EEUU ha pasado de 14.000 millones de dólares en 2006 a casi 50.000 millones en 2012. España se sitúa como el décimo inversor extranjero y nuestras inversiones se concentran en sectores como el de energías renovables, biotecnología, tecnologías de la información, construcción, transporte o I+D+i. Pero, por encima de todo esto, el punto diferencial de nuestro país frente a sus socios europeos se encuentra en el gran nicho del mercado hispano.

Hay nada menos que 50 millones de hispanohablantes en EEUU, y otros cuatro millones en el Estado asociado de Puerto Rico. Los hispanos son el grupo étnico de mayor crecimiento en el país (en la actualidad son un 18% del total y se espera que alcancen el 30% en 2050). El gran tamaño demográfico se complementa con otro dato fundamental, su fuerte desarrollo socioeconómico: han duplicado su poder adquisitivo en la última década. La lengua y la cultura hispanas constituyen un activo económico de gran valor añadido para que las empresas españolas afronten con garantías de éxito el mercado latino estadounidense. Desde hace décadas, un nutrido grupo de grandes empresas españolas ha sabido explotar su ventaja competitiva y están ya asentadas con éxito en el país (Telefónica, Indra, Abengoa, Iberdrola...), pero aún queda mucho mercado para los más de 3,2 millones de pymes que forman el tejido empresarial de España.

Es el momento de actuar. Donde hay crisis, hay dificultades y amenazas, pero también oportunidades. Gran parte del futuro de España se juega en estos años. Las pymes necesitan, ante todo, desmitificar el proceso de salida al exterior, dedicar recursos y cambiar su cultura. La internacionalización y la innovación impulsan el crecimiento, y el verdadero motor de éstas se encuentra en la propia empresa y en sus directivos. Hay iniciativas privadas que intentan ayudar en este proceso como, por ejemplo, The Heroes Club, una plataforma creada con el fin de prestar apoyos en temas de innovación, financiación e internacionalización. Las empresas no solo reciben asesoramiento logístico en cuanto a recursos, mercados y alianzas, también pueden contactar con más de 50 mentores que les prestarán su know-how para sacar adelante sus proyectos.

Desde hace más de una década, nuestro mercado natural ha sido América Latina, sin embargo es el momento de cambiar nuestro foco hacia nuevos destinos. Isaac Newton afirmó que "los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes". Con el inicio de las negociaciones para firmar el Tratado de Libre Comercio UE-EEUU se pone la primera piedra de un futuro puente que puede conducir a un mercado con grandes y mutuos beneficios. Hay mucho que ganar si unimos fuerzas para construirlo, pero no hay que olvidar lo mucho que se puede perder si no lo hacemos.

Juan Verde, asesor económico y político de gobiernos, instituciones y empresas a nivel internacional.

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