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Blesa, una actuación delictiva e indecente

Miguel Blesa

El juez Silva ha sacrificado su propia carrera para hacer un gran servicio a España. La sombra del ministro de Justicia es alargada y su amistad con Blesa incide en el caso.

El nombramiento de Miguel Blesa como presidente de Caja Madrid, se produce por decisión del entonces presidente del Gobierno, José Mª Aznar. La amistad de Aznar con Blesa y con Villalonga (ex presidente de Telefónica, también nombrado por Aznar), data de la época en que los matrimonios compartían mesa y mantel. Una vez en la presidencia de Caja Madrid, la cuarta entidad financiera más importante de España, después del Banco Santander, BBVA y La Caixa, Blesa se erige en dueño y señor de los más de 4 millones de depositantes de la referida entidad, con poderes omnímodos otorgados a sí mismo para manejar la entidad como si fuese su propio cortijo.

La entidad se constituye en su consejo de Administración, de la oligarquía política, económica, social y empresarial, con la participación de PP, PSOE, IU, CCOO, UGT y la patronal. Todos ellos con sueldos y dietas suculentas, con una obediencia taxativa al patrón, que era el que repartía la tarta. La paz social con la entidad estaba garantizada. Las cajas de ahorro, y en concreto Caja Madrid, se crearon con la única finalidad de una labor social y de apoyo al pequeño y mediano empresario y de concesión de créditos a los depositantes. Pronto, el patrón, Blesa, utiliza esta entidad, no privada, sino semi pública para actuar de forma desleal y repartir los fondos de los depositantes en créditos a partidos políticos, sindicatos, patronal, consejeros... Muchos de ellos condonados, otros a un interés de privilegio y otros fallidos. Asimismo, y fuera de sus competencias, inicia una carrera desenfrenada en lo que se conoce como el pelotazo inmobiliario, y para ello, reparte créditos multimillonarios a promotores, a amiguetes, sin el más mínimo escrúpulo ni la más mínima garantía, que ya dentro del estallido de la burbuja resultaron fallidos.

A este respecto, cabe resaltar que quedaron atrapados miles y miles de jóvenes parejas que adquirieron viviendas por un importe hasta 100 veces mayor que su valor real por la voracidad de los promotores inmobiliarios, que además no arriesgaron ni un solo euro. Por otra parte, los privilegiados del Consejo de Administración disfrutaban de suculentas retribuciones, de dietas y de créditos.

El inicio de la quiebra era previsible y para atajar la misma se inventó el producto financiero de las preferentes, donde se estafa a miles de preferentistas, la mayor parte de estos jubilados. Se fomenta igualmente los planes de pensiones para tener más liquidez, con fraude y pérdida de sus inversiones. Caja Madrid acude también al mercado internacional para obtener créditos a bajo precio y posteriormente conceder éstos triplicando el interés a los clientes de la entidad. Por si fuera poco, se blinda Miguel Blesa, con una indemnización indecorosa el día en que se jubilara o dejara de presidir la Caja.

La quiebra llega cuando el Banco de España, como órgano supervisor, le llama la atención las autoridades europeas y se produce la inyección de 22.000 millones de euros. Es evidente, al mirar para otro lado y permitir todo tipo de desmanes de los gastos de la entidad. El Banco España forma parte de la oligarquía del sistema y se convierte en cómplice y encubridor.

Miguel Blesa es denunciado por Manos Limpias. Se le imputa de momento por dos causas: concesión de créditos fraudulentos a amiguetes y por la compra del City National Bank con dinero de Caja de Madrid por el triple del valor, ninguneando la autorización de la Comunidad Autónoma de Madrid. Era su intención, presuntamente, hacerse con el banco a título privativo y con la mansión aneja. Se inicia un proceso judicial, que momentáneamente le lleva a dar con sus huesos en prisión, haciendo compañía a su compañero del Consejo, Gerardo Díaz Ferrán, beneficiario de un crédito fraudulento de 26 millones. El paradigma de la corrupción de la oligarquía del sector financiero mueve sus hilos, su lobby. Su ingreso en prisión se justifica por el riesgo de fuga, por la destrucción de pruebas y por la alarma general al dañar gravemente una entidad de interés público general que ha motivado el rescate de Caja Madrid. Los beneficiarios de la tarta apoyan a su patrono y, desde sus diversos ámbitos, iniciaron una campaña de desprestigio contra el magistrado que dicta el auto de prisión. Todos aquellos que han participado de la tarta, incluidos medios de comunicación, forman una piña para proteger a aquel que delictiva e indecentemente han sido beneficiados del saqueo de la entidad y de la estafa y ruina de millones de españoles preferentistas o suscriptores de planes de pensiones.

Las actuaciones del fiscal en el procedimiento que nos ocupa parece la del codefensor del imputado, incluso llega a impugnar la prórroga del secreto de sumario para favorecerle, ya que la Fiscalía puede conocer todo el sumario aunque esté bajo secreto.

La sombra del ministro de Justicia es alargada y la amistad con Blesa incide con unas declaraciones aberrantes e impropias. En cambio, hay que destacar la valentía y honestidad de un juez, que se ha atrevido dentro del Estado de Derecho a poner coto al poder económico y financiero de este país, sacrificando su propia carrera, ya que es calumniado e injuriado por el lobby, atentando incluso a la imagen de su intimidad. Tiene la gratitud del gran servicio a España y a los españoles.

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