Llevamos décadas hablando de la necesidad de estrechar puentes entre la universidad y la empresa, pero no veo que hayamos avanzado demasiado. Sigue sin existir una transferencia de conocimiento y oportunidades entre estos dos mundos separados por un muro de metacrilato.
Investigadores, emprendedores y universitarios en general están hartos de que muchos de sus proyectos, que podrían tener aplicaciones comerciales muy rentables, acaben en un cajón, salvo que ellos mismos traten de buscar quién les apoye fuera de sus campus para ponerlos en marcha. Por ejemplo, la nanotecnología, cuyo impacto en nuestra sociedad parece en ocasiones más propio de películas de ciencia ficción que una realidad: microchips que realizan complejos análisis genéticos, construcción de edificios con microrrobots, destrucción de plagas y contaminación a escala molecular, cristales que se oscurecen o aclaran según la intensidad del sol, camisetas de control cardiaco? Eso es lo que necesitamos, empresas de alto valor añadido para poder resultar competitivos más allá de nuestras fronteras, igual que hemos logrado liderar el desarrollo de energías alternativas, por ejemplo. Pero no sólo la burocracia pone trabas al desarrollo. También se suma el escaso interés de importantes sectores de la iniciativa privada, faltos de visión estratégica de futuro.
Hay otro aspecto, hoy que celebramos el Día de Internet, que me inquieta especialmente, como es el de la economía digital, en donde la universidad española mantiene un importante retraso. Por ejemplo, se ha invertido, en algunos niveles de nuestro sistema educativo, en dotar las aulas de ordenadores y diverso hardware y software. Pero no se ha realizado una inversión similar en la generación de contenidos y en la actualización de la metodología formativa para aprovechar estas nuevas tecnologías en beneficio de la enseñanza. En paralelo, contamos con jóvenes que son ya nativos digitales, que saben mucho sobre las redes sociales y la red, pero que lo han aprendido de forma autodidacta en la mayor parte de las ocasiones.
Nosotros, desde Internet Academi (www.internetacademi.com), tratamos de revertir esta situación, generando programas formativos para los puestos que demandan las empresas más innovadoras, las que están creando empleo.
La vicepresidenta de la CE y responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes, ha evaluado en 700.000 los empleos requeridos por la economía digital de la UE en 2015. De ellos, las empresas españolas demandarán 100.000 trabajadores. De hecho, el sector es uno de los únicos que sigue creando empleos.
Pero no sólo hacen falta community managers, esa profesión tan de moda -y tan mal retribuida muchas veces-. También hay que crear profesionales cualificados en otras disciplinas digitales y emprendedores de negocios en Internet. Necesitamos creadores de contenidos, tanto para las páginas web como los social media; analistas de datos, familiarizados en la utilización de distintas fuentes y herramientas de medición; expertos en SEO y SEM, otro de los nichos cruciales en los que existe escasez de profesionales. También personas que dominen Internet móvil, en pleno crecimiento, que se va a convertir en la principal entrada a la red; no en vano, España es el país de la UE con mayor número de smartphones y el 63,2% de usuarios de móvil en nuestro país tienen un teléfono inteligente. Otro de los perfiles más demandados es el de técnico de E-commerce, ante el cambio absoluto que está produciendo en el terreno comercial y el desarrollo del comercio electrónico, no solo en España sino también a nivel internacional.
Además, Internet seguirá incrementando su cuota de mercado en la inversión publicitaria en detrimento de la caída en los medios tradicionales. Eso exigirá expertos en marketing y publicidad online que dominen tanto la creatividad como la programación y gestión de campañas multicanal para satisfacer a un cliente que se comporta de forma distinta y asume mayor protagonismo.
Y, sin duda, programadores de Internet. Ya son uno de los perfiles más solicitados, responsables de la arquitectura que hay detrás de los sitios y un perfil crucial ante irrupciones agresivas de los nuevos lenguajes como el HTML5.
Pues bien, el éxito de Internet Academi se debe en buena manera al fracaso de nuestras universidades en poner en marcha programas que se adecuen a estas necesidades del mercado para generar un auténtico ecosistema digital. La clave para lograrlo está en desarrollar, de forma rápida y eficaz, los contenidos formativos que el mercado laboral demanda. Por ello, huimos de una formación online tradicional para proponer una experiencia de aprendizaje utilizando contenidos móviles multimedia y el acompañamiento de tutores certificados en disciplinas digitales.
Acabamos de firmar un acuerdo con la Universidad de Harvard para desarrollar allí un Seminario Internacional en Negocio Digital que permitirá a los participantes conocer las últimas tendencias en este terreno dentro de Estados Unidos. Esta experiencia nos ha servido para confirmar la gran diferencia con nuestro sistema. El suyo, mucho más ágil, más moderno, más eficaz. Nuestras universidades, por desgracia, siguen siendo en muchos casos fábricas de parados; aquí hace falta restar ceremonial, birretes, togas y borlas y más fibra óptica.
Rodrigo Miranda, director de Internet Academi.