Desde CEOE llevamos mucho tiempo aportando propuestas e iniciativas con las que intentar alcanzar soluciones a una situación tan grave como la del paro. Algunos de esos planteamientos requieren de reformas, necesitan diálogo entre empresarios, sindicatos y Gobierno, y obligan a mejorar el marco legal y social que rige para emprendedores y autónomos.
Recientemente se conocieron los datos de la EPA del primer trimestre, que indican que el empleo continúa ajustándose de manera importante, registrando unas cifras muy desfavorables y que debemos seguir combatiendo con intensidad.
Pero los datos aportan otros aspectos que también son importantes, relevantes, como el aumento -por tercer trimestre consecutivo- del empleo en los empresarios sin trabajadores en más de 22.000 personas. Es decir, la valentía, y el empeño de miles de emprendedores por iniciar un proyecto propio, asumir riesgos, y ser la semilla que contribuirá indudablemente a la creación de empleo en un futuro próximo.
Asimismo, se constata que la destrucción de empleo en el sector privado ha comenzado a moderarse: aunque sigue registrando datos negativos, empezaría a vislumbrarse el término del proceso de reestructuración en el tejido empresarial.
Para poder consolidar esta tendencia es imprescindible seguir apostando por medidas que modernicen el mercado laboral y le permitan una mayor flexibilidad; que impulsen la actividad económica y sirvan para dinamizar y simplificar el marco regulatorio, entre las se encuentra la reforma de las Administraciones Públicas, fundamental para evitar duplicidades, para adelgazar, agilizar y hacer más eficaz una Administración que había tomado unas proporciones que la hacen ineficiente y gravosa para las arcas públicas; entre otras reformas.
Pero no es solo tarea del Gobierno salir de esta crisis. También a empresarios, trabajadores y sociedad en general nos quedan labores que asumir en este sentido. Patronales y sindicatos debemos buscar acuerdos que ayuden a conseguirlo, usando el diálogo y la negociación para que, sin dilación, encontremos puntos de encuentro con los que contribuir a la recuperación. Es un compromiso que los empresarios asumimos, mostrando nuestra voluntad de negociación y de trabajo para tratar de solucionar la crisis.
Un ejemplo de ello fue la firma del II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2012-2014, entre CEOE, Cepyme y los sindicatos el pasado año. Un acuerdo que apostó por la flexibilidad en las empresas y la moderación salarial como medidas impulsoras de la competitividad que permitan volver a crear empleo. El paro es un drama humano, económico y social al que hay que poner freno. Es por ello que desde CEOE y Cepyme propiciamos encuentros con los sindicatos para buscar soluciones dialogadas y consensuadas que contribuyan a detener la importante destrucción de empleo.
Pero esta crisis no sólo se refleja en los datos de paro, ya que, al mismo tiempo, se está registrando un incremento destacado en la destrucción de empresas. Desde que comenzó la crisis más de 300.000 empresas cerraron sus puertas. Cierres que también conllevan dramas personales de empresarios que han perdido todo su patrimonio tratando de salvar su empresa y los puestos de trabajo que generaba. Pero los empresarios tratamos de seguir impulsando iniciativas y proyectos que permiten que la actividad se mantenga, aunque no pueda ser en los niveles deseados. En los últimos tres años no ha decaído el emprendimiento a pesar de la crisis: se han creado más de 50.000 empresas, un dato que esperemos se vaya incrementando progresivamente para compensar la desaparición registrada, indicando así que se entra en la senda de la recuperación.
Son las empresas las que crean empleo, y esta es una realidad irrefutable que va calando cada vez más en la sociedad, así como que tanto las ya existentes como las que están en embrión necesitan marcos regulatorios que les permitan actuar con agilidad, adaptarse con rapidez a las nuevas condiciones del mercado y, en el caso de las nuevas, ponerse en marcha sin trabas ni obstáculos que dificulten su andadura.
Y es que somos un país con sobredosis de regulación: en España hay en vigor más de 100.000 leyes, de las que 37.000 provienen de las autonomías. Ello provoca dispersión y proliferación de legislación que trae consigo importantes barreras a las empresas. Y ponérselas a éstas, significa ponérselas también al empleo. Es trabajo de todos evitar que así sea.
Juan Rosell Lastortras. Presidente de CEOE.