Chipre capitalizó las noticias de las últimas semanas, pero se han producido otras que convendría tener presentes. En este sentido las noticias que han llegado desde Hacienda, gestionada por Montoro, no han dejado indiferente a nadie, si no hubiese sido por las declaraciones del presidente del Eurogrupo, Dijsselbloem, hubiera dado para un sinfín de tertulias. Comienzo por el importunísimo anuncio del impuesto a los depósitos españoles, realizado justo cuando en Chipre se hablaba de imponer una fuerte tasa impositiva a los mismos.
Se escogió el peor momento para un anuncio opaco, se necesitó aclarar posteriormente que el gravamen era muy bajo y que lo pagarían los bancos. Dejando a un lado la oportunidad del asunto, no puedo estar de acuerdo con que lo pagan los bancos, lo abonarán los clientes de las entidades, penalizando nuevamente el ahorro, precisamente en momentos de necesario desapalancamiento.
España es el país donde más se ha incrementado la presión fiscal durante 2012, desde diferentes estamentos gubernamentales se ha insistido una y otra vez en que no habría más elevación de impuestos. Los hechos desmienten las palabras y se actúa contra el programa de gobierno que el PP presentó a las elecciones. Cuánto resistirán o seguirán creyendo los votantes del PP en ellos. Luego el tirón de orejas de Eurostat con un déficit público manipulado.
Las chapuzas de Hacienda
Hacienda ha prorrogado todo lo que ha podido las devoluciones a los ciudadanos que tenía derecho a ellas para no computarlas en 2012. Sin embargo la UE le ha recordado algo tan simple como que el sistema vigente es el de devengo y no el de caja. Se mire por donde se mire una auténtica chapuza, sobre todo en un momento en que sabemos que se mira con lupa cualquier cifra que presentamos. Menos mal que Montoro aseveraba que jamás se había modificado una contabilidad pública, claro que las estadísticas están para romperlas y nosotros somos el primer caso. En fin no sé qué pensarán, a mí me produce vergüenza y preocupación la credibilidad que ofrecen nuestros responsables políticos, máxime en momentos de calma tensa de nuestra prima de riesgo que puede saltar a niveles más altos en cualquier momento. El déficit asciende al 6,98% del PIB y no al 6,74%, cifra que la mayor parte de expertos daba y que, sistemáticamente, era negada por el Ministerio.
Lo último, el Consejo de Política Fiscal y Financiera. España está pendiente de una suavización del déficit para el presente ejercicio, concretamente del 4,5 al 6%. Veremos si al final la UE nos da el plácet hasta ese límite o el aumento es menor, en todo caso cualquier medida de mayor flexibilidad debería repercutir también en las CCAA, las cuales han realizado importantes recortes y actualmente pasan por una situación de cierre de los mercados que les impide a financiarse. Pero además de esta noticia aparecía la idea que baraja el Ejecutivo de un déficit a la carta o si lo prefieren que las autonomías tengan diferentes techos. Es curioso cómo el Gobierno ha insistido en la necesidad de no fragmentar los mercados internos, llevando a cabo medidas en este sentido y sin embargo, parece conforme en romper la unidad presupuestaria de las comunidades.
Durante mucho tiempo hemos visto como las autonomías han ido quebrando y agrandando las cuentas públicas marcando diferencias entre regiones, con gobiernos tanto nacionalistas en Cataluña; del PP, en Murcia y Levante, y del PSOE en Andalucía. Ese déficit descentralizado antes o después llega al Estado, se centraliza- El Fondo de Liquidez Autonómica no es más que el instrumento centralizador pues en última instancia es el país el que con sus fondos y su financiación proporciona el dinero a las comunidades incumplidoras. No solamente se centraliza el despilfarro local, sino que con su gestión dilapidadora, la comunidades manirrotas penalizan a sus ciudadanos y sus empresas, desde nuevos impuestos hasta multitud de facturas sin pagar que ahogan con falta de liquidez a quien crea trabajo: empresas y autónomos. Después de la condescendencia con la mala administración local de los recursos, en estos momentos hay que aprender y decir que es necesario un control exhaustivo de las finanzas públicas, la normas deben ser iguales para todos los ciudadanos que residen en el territorio común.
No puede ser que, por ejemplo, Extremadura con el desempleo que tiene y con el esfuerzo que ha realizado para controlar sus cuentas se vea ahora penalizada y su techo de déficit sea inferior al de otras regiones españolas. Pero no era bastante esta ocurrencia, ahora se ofrece un nuevo sistema de financiación, una reforma de fuerte profundidad de la cual poco más ha trascendido. Parece que el Gobierno de España está en manos nacionalistas, las mismas que se apropian de identidades de regiones españolas y que lo que quieren es romper la unidad de España, convocando referéndos secesionistas. Naturalmente que es necesaria una reforma, pero para garantizar la igualdad fiscal de cualquier español independientemente de donde viva y de las necesidades electorales o pactistas del momento. No se puede seguir vendiendo la integridad nacional por platos de lentejas según las conveniencias nacionalistas. Mientras tanto seguimos con duplicidades, algo que ya tendría que haberse corregido, pues eso va a favor del control del déficit.
Miguel Ángel Bernal, profesor y miembro del departamento de investigación del IEB.