
Resiliencia. Un término de moda, pero no por ello menos interesante. Se llama así a la capacidad de algunos metales de volver a su estado inicial después de sufrir un golpe. Y, por extensión, a la capacidad de las personas -y de los países- de salir fortalecidas tras experimentar una fuerte presión, una pérdida, una grave dificultad.
"Tanto si crees que puedes como si crees que no, estás en lo cierto". Se atribuye la frase a Henry Ford, el emprendedor por antonomasia. Su adaptación se convirtió, recientemente, en el eslogan político perfecto, "Yes, we can". Y lo cierto es que encierra en su brevedad una hondura considerable. Quién duda de que la actitud al inicio de un reto marque, en casi un 90%, su final. Leemos entrevistas con personas que hacen cosas extraordinarias, o que hacen cosas corrientes pero en situaciones extraordinarias. ¿Qué tienen en común? Confianza, seguridad en sí mismas (muchas veces puede confundirse, de hecho, con personalidades arrogantes).
Los españoles: ¿pesimistas o realistas?
Por eso los resultados revelados por el último Índice Genworth sobre Vulnerabilidad y Seguridad Económica nos deben poner en guardia. Nos confirman que los españoles somos muy pesimistas respecto a nuestra recuperación financiera (nada nuevo), pero nos desvelan algo más: que los españoles creemos que, por nosotros mismos, casi nada podemos hacer para cambiar la situación. El Índice Genworth nos devuelve nuestra imagen en el espejo de la autoestima. Sólo el 9% de los hogares españoles es optimista respecto a la idea de que su situación financiera mejorará en los próximos doce meses. Pero va más allá: la elevada preocupación que manifiestan los hogares españoles por la situación de la economía nacional, mayor que cualquier otro país europeo, muestra que la situación personal financiera de los consumidores está fuera de su control.
Dicho de otro modo, los españoles son los ciudadanos que más se sienten expuestos a los vaivenes económicos externos. Esta sensación está profundamente ligada, por supuesto, a los últimos acontecimientos financieros globales, pero también a una íntima sensación de vulnerabilidad, de no ser dueños de su propio destino financiero, de no controlar la economía de su hogar, de no tomar sus decisiones económicas. Las consecuencias económicas para el país resultan evidentes: se generará un círculo vicioso en el que los hogares no consumirán y los emprendedores no pondrán en marcha nuevas iniciativas hasta que no vean mejorada su situación personal. Un augurio muy negativo para la evolución de nuestra economía a corto plazo.
España, en el Índice Genworth, aparece como el país europeo que presenta una caída más acusada en esta confianza en la capacidad de mejora. Nuestro país se sitúa como el quinto con un índice más bajo, sólo por delante de Polonia, Italia, Portugal y Grecia. Por el contrario, los países escandinavos son los que presentan un índice superior: Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia.
Imitar a los mejores de la clase
Los resilientes saben mirar al otro para tomar nota de lo que hace bien... e imitarlo. Entre países, aun teniendo en cuenta las grandes diferencias entre culturas, poblaciones, idiosincrasias, etc., debemos hacer un esfuerzo por encontrar esos puntos imitables. Al igual que a las personas resilientes les caracteriza la confianza en sí mismos, a estas sociedades optimistas les caracteriza, entre otras cosas, una cultura financiera elevada -con lo que esto comporta a la hora de tomar decisiones económicas domésticas más o menos seguras-, sistemas educativos que año tras año lideran las pruebas europeas que testan el nivel de conocimiento de los más jóvenes, una clara mentalidad I+D a la hora de invertir, la idea de consenso social y, muy relevante, las políticas de igualdad y multiculturalidad.
Ahora mismo los resultados estadísticos nos dicen que los españoles piensan "que no pueden" mejorar económicamente porque no depende de ellos. No es del todo cierto. España ha sabido, en toda su historia, salir adelante haciendo las cosas bien. Tomando sus propias decisiones. Aprovechando el caudal de talento que, sin duda, caracteriza a nuestra sociedad. Pero nada haremos si no creemos que somos capaces de lograrlo. Quizá es hora de ser más cautelosos. De asegurar nuestros riesgos financieros. De conocer mejor en qué nos estamos metiendo. De exigir rigor y ser rigurosos. De olvidar la picaresca. De utilizar, más que nunca, la innovación y la creatividad para encontrar nuevas fórmulas, nuevas vías. España es vulnerable, pero será resiliente.
Ernesto López, Director General de Genworth en España.