Firmas

14 días de reflexión sobre el deseo de avanzar

Desde el 22 de febrero, Día Internacional por la Igualdad Salarial, hasta el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, toca digerir palabras e imágenes que un año más nos hablan de que aún no hemos logrado de manera mayoritaria equidad en las relaciones laborales. Según el último informe de la Secretaría Confederal para la Igualdad de UGT, las mujeres tienen que trabajar 82 días más que los hombres para poder percibir la misma retribución media anual, por cuanto la brecha salarial se sitúa en el 22,55%.

Pero mientras sigan existiendo brechas, nuestra economía y nuestras organizaciones seguirán enfermas. No es justificable desde ningún punto de vista que por cuestión de género, raza, religión? varíen las condiciones laborales a la baja y que luego pretendamos que nuestras organizaciones sean prósperas y sostenibles, en suma, que gocen de buena salud.

Toda empresa directa o indirectamente tiene en el punto de mira a sus consumidores, y los intermediarios casi siempre son sus empleados, que en muchos casos están en contacto directo y cotidiano con los clientes. El éxito de las organizaciones depende de la pericia de sus empleados, el orgullo y el placer en la prestación de servicios. Si no nos esforzamos en garantizar que cada individuo, cualquiera que sea su cualificación, tenga la oportunidad de desarrollar continuamente sus habilidades y avanzar en sus responsabilidades, estaremos abriendo una brecha en la empresa que terminará por desangrase día a día con el fin que todos conocemos.

El éxito de una organización depende del bienestar de sus personas, exactamente de la calidad de vida que disfruten sus empleados. Si su vida profesional les genera más resentimiento y malestar interno que alegría y satisfacción, antes o después, pero más antes que después esa empresa tendrá problemas que en tiempos como los actuales significarán su desaparición. La profesora de la Harvard Business School y psicóloga Teresa Amabile en su reciente investigación y libro El principio del avance disecciona con testimonios directos de 12.000 informes la vida interior de las personas en sus entornos laborales, lo que arroja todos los porqués y los cómos de las organizaciones vivas, productivas y creativas frente a otras, que viven entre la motivación y la depresión, y terminan por hundirse.

El deseo de avanzar, ¿lo promueven las organizaciones? Las organizaciones vivas tienen que ver con lugares donde mujeres y hombres son reconocidos y se les potencia el deseo natural de avanzar. Son espacios donde la formación y la promoción interna funcionan. Y funcionan porque se inculca el deseo de avanzar, combinado con la comunicación efectiva y el desarrollo de competencias. Las organizaciones donde los directivos -hombres o mujeres- en porcentajes elevados se promueven desde dentro y esta práctica se extiende a lo largo de la empresa, con las mismas oportunidades para evolucionar y crecer más allá de su género.

Son organizaciones donde cada empleado tiene el compromiso, sea cual sea su formación o responsabilidades, de desarrollarse y apoyar la promoción de sus compañeros de acuerdo a sus capacidades y ambiciones. Son organizaciones que, para cumplir con sus propósitos, crean programas para identificar el talento y evaluar las necesidades de cada persona de sus equipos independientemente de su género. Hablamos de organizaciones con calidad de vida rica, con deseos de avanzar factibles.

Desde el 22 de febrero hasta el 8 de marzo, deberían ser 14 días dedicados a reflexionar sobre dónde estamos y a dónde queremos llegar. Si en nuestro horizonte anhelamos formar parte de organizaciones donde las palabras bienestar, felicidad, productividad, sostenibilidad no sean pura retórica de salón y quimeras, hemos de empezar por los básicos: equidad real y contractual entre mujeres y hombres. Todos los seres humanos traemos de serie el deseo innato de avanzar, potenciarlo es lo natural. Sin embargo, las prácticas de muchos jefes y por extensión de sus culturas corporativas acaban con ese deseo natural de avanzar.

¿Nos lo podemos permitir? No, parece la respuesta evidente. Pero la evidencia va más allá: la realidad nos muestra, a la luz de los datos, que aún muchas organizaciones ni siquiera comprenden que viven lo que siembran. No obstante, sería injusto dejar de destacar que ya en el planeta hay un movimiento creciente de empresas con apuestas sinceras y comprometidas con el bienestar de sus personas. Existen, algunas son conocidas y otras simplemente hacen su trabajo, bien hecho, gracias a sus mujeres y hombres, sin distinciones, potenciando su deseo natural de avanzar.

Óscar Massó, Director de Comunicación de Sodexo Servicios de Beneficios e incentivos.

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