Como en las buenas partidas de póquer, nada se decide hasta la última mano. La pesca europea tiene el agua en el cuello, casi ahogada por una triple crisis ecológica, económica y social. Un 47% de los stocks atlánticos sobre los que se dispone de información están sobrexplotados, una cifra que casi llega al 90% en el caso del Mediterráneo; el sector pesquero tiene segmentos de la flota en una situación económica insostenible, y se pierde una media del 3% de los puestos de trabajo cada año. No es una situación nueva, pero la última década de políticas europeas (y también estatales y autonómicas) no ha sido capaz de cambiar el rumbo, y el crédito se está acabando.
Por eso es especialmente importante la, quizás, última mano de la partida que está jugándose en estos momentos entre las principales instituciones europeas. Tras un lento camino burocrático que se inició el año 2009, está finalizando la redacción de la nueva Política Pesquera Común, el marco reglamentario (y la financiación asociada) que regirá el funcionamiento de la pesca europea los próximos diez años. Los dos primeros jugadores, la Comisión Europea y el Consejo de Ministros de la Unión Europea, ya mostraron sus cartas, posicionándose en junio de 2011 y septiembre de 2012, respectivamente. Sus propuestas son, a nuestro entender, en muchos aspectos insuficientes para revertir las crisis actuales (puede encontrar nuestro análisis en ocean2012.eu). El tercer jugador de esta partida, el Parlamento Europeo, enseñará sus cartas en la votación en plenario que tendrá lugar hoy por la mañana. A partir de este momento se iniciará un proceso de negociación, en el que participarán las tres instituciones -Parlamento Europeo y Consejo de Ministros Europeo en nivel de igualdad-, que debería finalizar en junio de este año. Si todo sigue su curso, tendremos entonces las nuevas normas para la pesca europea.
El Parlamento Europeo, pues, debe aún presentar sus cartas. A nuestro juicio dispone de un repóquer ganador que, de ser aprobado en plenario, puede dar un vuelco a la situación actual. En primer lugar, debería aprobar el informe adoptado por la Comisión de Pesca en el pasado mes de diciembre (el llamado informe Rodust), que aporta propuestas interesantes para la nueva política pesquera, y debería apostar por reforzar cuatro aspectos: asegurar que se acabe con la sobrepesca el año 2015 y se tomen las medidas para garantizar que el stock está en buenas condiciones el año 2020 como máximo; que se apueste por una gestión pesquera con perspectiva ecosistémica y de acuerdo con el principio de precaución; que se favorezca a las artes y prácticas pesquera más sostenibles, y, por fin, que se revise en profundidad el uso de fondos públicos para asegurar que son parte de la solución y no de la problemática sobrecapacidad pesquera.
Es la hora de la verdad, cuando se pasa de la retórica a las votaciones, y los europarlamentarios españoles, como parte de una de las principales potencias pesqueras europeas, tienen una oportunidad única para ratificar y reforzar el informe aprobado por la Comisión de Pesca. El Parlamento Europeo ha de demostrar su independencia y capacidad de liderazgo, los ciudadanos europeos no entenderían que tras tanta discusión en la Comisión de Pesca acabaran jugando de farol a la hora de la verdad.
Miguel Ortega Cerdà, coordinador político en España de la coalición OCEAN2012. miquel.ortega@ocean2012.eu.