
"Creo que existe un mercado internacional para cinco ordenadores más o menos", se cuenta que dijo el presidente de IBM, Thomas Watson, en 1943. Debería bastar como advertencia para no hacer predicciones de cualquier tipo. Aun así, atrapados en la calma de las Navidades y el año nuevo, y después de que la predicción maya del fin del mundo resultara ser tan cierta como el pronóstico de Watson, aquí van siete sorpresas para el año próximo.
1. La crisis financiera rusa. Europa se despierta lentamente al potencial del gas de esquisto. El Reino Unido tiene amplias reservas, al igual que Francia y Polonia. Francia y Gran Bretaña están sumidas en muchas deudas, costosos estados de bienestar y poco crecimiento. No están en posición de preocuparse por el medio ambiente (necesitan crecimiento e ingresos fiscales de alguna parte, y convertirse en exportadores de energía es una de las pocas opciones disponibles). Buenas noticias para ellos? pero pésimas para el principal proveedor de gas y crudo del mercado europeo. Hablamos de Rusia, un país que se ha hecho rico con los gasoductos que conducen su energía hacia el oeste. Si le quitamos la exportación energética, Rusia se queda en un gran país corrupto, dirigido por oligarcas sin escrúpulos, que no hace nada que nadie quiera comprar. Una repentina pérdida de confianza hará que sus mercados se hundan.
2. Ángela Merkel pierde el poder en Alemania. Ningún líder de un gran país de la Eurozona ha sido reelegido desde el inicio de la crisis. ¿Podría la canciller alemana Angela Merkel romper con la tendencia cuando se enfrente a su reelección en otoño? No. Es cierto que su Partido Democristiano va por delante en las encuestas pero sus socios de coalición, los Demócratas Libres, se esfumarán. Con Alemania entrando en recesión y la llegada de las facturas de la eurocrisis a sus puertas, será un año nefasto para cualquier político alemán que se enfrente a los votantes. El líder del SPD, Peer Steinbrück, se hará con el poder al frente de una coalición rojiverde. Los inversores se darán cuenta de que Alemania no es el refugio seguro que creían ser ni una historia con final feliz.
3. El sector de los móviles se deteriora. ¿Cuál ha sido el nuevo sector de mayor éxito en las dos últimas décadas? Fácil: los teléfonos móviles. Las redes móviles, encabezadas por Vodafone, Verizon y demás, se han convertido en modernos gigantes de la industria. Sin embargo, Vodafone ya ha empezado a acusar una caída en las ventas en España e Italia ante la decisión de los consumidores, afectados por la recesión, de que cuando hay que ajustarse el cinturón no hay ninguna necesidad de tuitear en el camino del trabajo a casa. Los consumidores de otros países llegarán pronto a la misma conclusión. Con WiFi gratis y un teléfono inteligente que sirve de ordenador de bolsillo, hace fotos, reproduce música y manda correos, además de alguna que otra llamada, ¿quién necesita pagar una tarifa cara de red? 2013 será el año en que las redes móviles empiecen un declive implacable? y los inversores se dirijan a la puerta de salida.
4. El Gobierno británico de coalición se desintegra. El socio menor del Gobierno de coalición de David Cameron, los Demócratas Liberales, se están llevando la peor parte en las encuestas. Las últimas sugieren que podría adelantarles el antieuropeo Partido de la Independencia. Si se quedan en el gobierno hasta las elecciones de 2015, acabarán exterminados. La única estrategia de supervivencia es salirse de una coalición que les está conduciendo al desastre. ¿Cuándo? No tiene sentido esperar hasta el último minuto porque no les quedaría tiempo para recuperarse. Se irán a finales de 2013. Cameron se quedará de líder de un gobierno en minoría. Con la política británica en el caos y el nuevo gobernador canadiense del Banco de Inglaterra imprimiendo dinero como loco, los inversores huirán de la libra.
5. Aparece el iCar. El consejero delegado de Apple, Tim Cook, se esfuerza por tramar la clase de productos revolucionarios que hicieron de su compañía la mayor del mundo. Un iPhone más grande y un iPad más pequeño no es exactamente lo que busca. Lo que Apple necesita es conquistar un sector completamente nuevo con su mezcla de virtuosismo del diseño y tirón comercial. ¿La televisión? Ya está muy vista. ¿Y los coches? No ha habido ideas realmente nuevas en ese sector desde hace treinta años o más: todos los coches se parecen mucho unos a otros. Comparten la misma tecnología. Lo que buscan los consumidores son símbolos de estatus con un diseño de moda y a Apple se le dan estupendamente ambas cosas. Si pensaban que las cabezas de Apple estaban dormidas, esperen a ver cuando empiecen a despotricar sobre el nuevo iCar. Podría ser su mayor producto nunca conocido o, mejor aún, usar parte de los 100.000 millones de dólares amasados para comprar BMW (valor de mercado: 60.000 millones) y que ellos se ocupen de la ingeniería.
6. Accor se va de Francia. Hemos leído mucho sobre los famosos acaudalados de Francia y grandes magnates que huyen del reinado del terror de François Hollande contra los ricos y prósperos. El actor Gerard Depardieu ha sido el último en mudarse al otro lado de la frontera. Es dudoso que las empresas francesas vayan a quedarse esperando una subida de impuestos más que los ciudadanos. Muchas empresas del país dirigen negocios globales de éxito y no tienen mucho que ver con Francia, aparte de tener su sede allí. Una por lo menos podría huir a un régimen fiscal más amable. ¿Cuál? Por ejemplo Accor, la cadena hotelera internacional.
7. Cambio de régimen en Irán y bajada del petróleo. El mandato de Mahmoud Ahmadinejad en Irán se debilita cada mes que pasa. Las sanciones duelen y una política exterior agresiva no está ganándose el apoyo interno de antaño. 2013 será el año en que ese régimen, como muchos otros en Oriente Medio, desaparezca. El crudo subirá como la espuma, como es habitual cuando hay disturbios en la región, pero en cuanto se levanten las sanciones y disminuya la amenaza de guerra con Israel, empezará a bajar. ¿Quién sabe? Si el petróleo es lo bastante barato, incluso nos podamos permitir dar una vuelta en nuestro carísimo iCar.
Matthew Lynn, director ejecutivo de la consultora londinense Strategy Economics.