
Inaudita la actuación emprendida por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) contra los grupos de gestión de las agencias de viaje independientes en España. Parece que la CNC pretende eliminar estas últimas. Es impensable que estas pequeñas agencias puedan formar un cártel, cuando precisamente su razón de ser es contrarrestar dichos cárteles que pretenden un dominio hegemónico y monopolístico del mercado turístico y de las propias agencias de viaje. Da la sensación de que Competencia desconoce cómo se gestan y operan estos grupos y cuál es su filosofía.
¿Sabe la CNC que los grupos gestores tan sólo se limitan a realizar una tarea de asesoramiento a las agencias y de mediación entre éstas y los grandes operadores turísticos, compañías aéreas, hoteleras? ¿Acaso se cree que estas pequeñas agencias que actúan de forma autónoma e independiente son capaces de formar un cártel, de dominar un mercado -el del turismo- controlado por grupos muy reducidos que permean todo el proceso de producción, distribución, etc., de los productos y servicios turísticos? Más bien se trata del fenómeno contrario. Es decir, estas agencias están siendo expulsadas del mercado por su imposibilidad de competir con tales grupos cuasi oligopólicos. La única posibilidad de existencia de tales agencias independientes es operar a través de las empresas gestoras como grupo de presión, nunca como cártel.
Estas agencias -en su mayoría pequeñas empresas familiares- desarrollan en la actualidad una economía de subsistencia y difícilmente pueden competir en un sector que opera con márgenes muy bajos y ajustados. Existen como forma de vida, como manera de desarrollar una actividad empresarial, pero nunca con afán de un dominio que ni tienen ni pueden tener. Ninguna de las pequeñas o medianas empresas de gestión estarían en condiciones de fijar precios, restricciones o ningún tipo de límite a la competencia, porque de forma autónoma ni siquiera podrían competir con la agencia dependiente de una sola superficie comercial, ni siquiera con una agencia franquiciada controlada por los grandes grupos turísticos. En los grupos de gestión, las decisiones empresariales de las agencias de viaje que los integran son autónomas e independientes, pues cada empresa -al margen del asesoramiento que se les otorgue, de las decisiones que pueda tomar el grupo asociado (como grupo de presión, nunca como cártel)- puede actuar conforme a sus propios intereses tomando las decisiones que considere oportunas.
Nunca operan al dictado, ni tampoco son coaccionadas por el grupo gestor, si deciden actuar por su cuenta y al margen del grupo asociado. Bien al contrario, son estos grupos independientes los que garantizan la competencia efectiva y con los que salen beneficiados los consumidores. Les ofrecen las diferentes gamas de productos y servicios existentes en el mercado turístico sin sujeción a los condicionantes que podrían derivarse de una actuación como franquiciados o la de su pertenencia societaria a un grupo turístico o comercial.
Las actuaciones de Competencia sobre los grupos de gestión sólo favorecen la recaudación de Hacienda, tan necesitada de dinero, no a la competencia. Es más fácil y rápido investigar estas pequeñas empresas con menos recursos que los grandes grupos turísticos a quienes les resulta más complicado sancionar. A partir de ahora ¿qué grupo de gestión de agencias de viajes se va a atrever a defender los derechos de sus miembros para que comercialicen productos en condiciones similares a las de las grandes agencias? El terreno quedará despejado para el dominio de los grandes grupos turísticos de este país. ¿Esto es favorecer la competencia?
Lorenzo Fernández, José S. Merino y Lorenzo Escot, profesores de la UCM.